Con motivo de la celebración del Día Internacional de los Museos de este año, #DIM2021, el pasado 18 de mayo, la Fundación Telefónica publicó un vídeo, repetidamente difundido por las redes sociales, con el título “Conservar la historia. Telefónica y su patrimonio tecnológico” que podemos ver también aquí.
Nos quitamos el sombrero ante la calidad del mismo, que tiene el buen nivel al que nos tiene acostumbrados Telefónica.
El vídeo complementa una pequeña página abierta en la web de la Fundación de título «Reimaginar los centros culturales y museos» con motivo de la efemérides, en la que se anuncian alguna actividades que relacionan con el evento.
«…y en estos casi cien años de historia se ha creado un legado un patrimonio que pocas empresas conservan,… pero ¿dónde se conserva el legado y el patrimonio histórico de una compañía centenaria? …Los equipos que aquí se preservan tienen la capacidad de transportarnos a otra época, impregnando nuestra memoria de recuerdos y emociones…«
fragmento transcrito del vídeo
Respecto a los mensajes que se dejan, tanto el texto como en el mismo vídeo, desde estas líneas no podemos dejar de apostillar algunos comentarios al hilo de su contenido.
- Primero manifestar nuestro contento por comprobar fehacientemente lo que sospechábamos: el buen trabajo realizado por Fundación Telefónica (y su antecesora la Fundación Arte y Tecnología) durante muchos años ha permitido que gran cantidad de piezas y equipos, así como documentos, testimonios del pasado tecnológico de la compañía (al menos hasta los primeros años del presente siglo), se hayan preservado. No tenemos claro, sin embargo, que en la última década se haya mantenido esta actividad conservadora con la debida intensidad, lo que nos preocupa especialmente dado el acelerado ritmo de obsolescencia y transformación de las redes precisamente en dicho periodo.
- Se presume ampliamente de la existencia de un buen “almacén” en el que se mantiene ese preciado tesoro. Bien, pero ¿dónde está? ¿Es accesible? ¿Es visitable? ¿Dispone de un catálogo completo tanto de las piezas como de la documentación? ¿Se pueden consultar estos supuestos catálogos? Nada sabemos del asunto respecto al catálogo de piezas, y respecto al catálogo de la Biblioteca y Archivo sabemos, por información interna, que no está disponible para su consulta y sospechamos que no está completado. Urge que la Fundación y la propia Telefónica faciliten el acceso a esta documentación de interés para todos los estudiosos e investigadores del tema y para el público en general. Es una obligación para una empresa comprometida y respetuosa con la sociedad en la que desarrolla su actividad.
- Parece que se está preparando algo de cara al centenario de la empresa, que se celebrará el próximo año 2024. Si fuera así y está previsto para entonces habilitar una sala para investigadores con acceso a los catálogos indicados y a los fondos documentales sería bueno saberlo.
- El vídeo como siempre está muy bien, pero ahora sólo hace falta que saquen las cosas de los almacenes y le saquen lustre!
- ¿Habrá que esperar que la Compañía cumpla otros cien años para que tenga un nuevo museo de su patrimonio histórico tecnológico, como el que ya tuvo hasta el 2007 en el edificio de la Gran Vía madrileña?


….en estos almacenes de nuestro patrimonio tecnológico se hace una labor de conservación y catalogación realmente valiosa: «conservamos para poder contar una historia o muchas, no conservamos estos objetos porque tengan más o menos valor, sean más o menos antiguos, los conservamos porque tienen una historia detrás y podemos contarla a través de ellos«…
fragmento transcrito del vídeo
A continuación indicamos algunas ideas al respecto:
- Estamos de acuerdo en que la estructura convencional/clásica de los museos, como grandes expositores con ingentes cantidades de elementos, la mayoría inevitablemente fuera de contexto, y con apenas una etiqueta identificadora, es poco práctica e inabordable en la actualidad. Una nueva concepción es imprescindible, de acuerdo a las premisas que siguen.
- Un modelo moderno de museo no puede ponerse en práctica sin la participación del conocimiento que ponga en contexto lo que se expone. Esto exige estudio, investigación y gran cantidad de documentación. Y esto es un paso igualmente imprescindible tanto para un museo físico como virtual o mixto (que sería lo más probable).
- Cada vez más, y especialmente en el sector de las TIC, nadie tiene el monopolio de nada. Esto obliga a la coordinación de todos los actores en una entidad global que los aúne. Los principales de entre ellos, Telefónica y Correos (en cuanto a su parte de Telégrafos), son sin duda los obligados a tomar la iniciativa y promover una organización que vele por la conservación, estudio y difusión del patrimonio histórico de las telecomunicaciones en España.
- Esa imprescindible entidad estará obligada a impulsar ese nuevo modelo de museo o museos, o como queramos llamarles (¡busquemos una nueva denominación!). Urge.
«…mientras tanto seguiremos haciendo hueco para conservar un trocito de la historia, un trocito de nuestra historia ¿qué nos deparará el futuro de las comunicaciones es una incógnita, pero gracias a la labor de conservación del patrimonio podremos ver lo que hemos sido capaces de hacer y ese siempre será el mejor referente«.
fragmento transcrito del vídeo

En definitiva:
¿Quién mejor que Telefónica, en la ocasión idónea que marca su próximo centenario, para convocar y promover la creación de ese organismo, esa fundación nacional participada de todos los actores, que impulse la conservación y puesta en valor del patrimonio histórico-tecnológico-industrial de las telecomunicaciones en España? Su principal protagonismo en esta historia le obliga a ello.
En esta misma línea nos pronunciabamos recientemente en la revista BIT.
Por último, recordaros aquí algunas entradas en las que ya hemos analizado estos asuntos.
En Junio de 2013 se celebró en Madrid el VI Congreso del TICCIH España en el que colaboramos con una comunicación sobre patrimonio de conmutación telefónica. Pues bien, como podréis comprobar en el artículo asociado que salió publicado en las Actas del Congreso en 2018, nada aparece del patrimonio conservado en los almacenes de la Fundación Telefónica, porque a pesar de nuestros varios intentos nada conseguimos, ni siquiera saber qué almacenes existían y que volumen de equipos se preservaban. Por supuesto tampoco nada de documentación asociada. El enlace a la entrada con acceso al artículo completo y a bastantes fotos conseguidas en nuestra investigación es el siguiente:
“La conservación del patrimonio industrial relativo a centrales electromecánicas de conmutación telefónica y la memoria del trabajo manual especializado asociado“.
Sobre el anterior museo de la Fundación Telefónica, con los equipos en funcionamiento para hacer demostraciones, desmantelado y sustituido por otro meramente expositivo y de volumen aproximado de una cuarta parte del anterior, también realizamos otra entrada denominada “Colección Histórico-Tecnológica de Telefónica. El Museo que fue…” Desde ahí podéis acceder al libro-catálogo completo asociado.
Respecto al supuesto archivo de la Fundación Telefónica hemos escrito bastante, como muestra de ejemplo podéis acceder a la siguiente entrada: “¿Qué pasa con los archivos de Telefónica y la Fundación Telefónica?”, entrada que tenemos pendiente de actualizar ya que recientemente accedimos a los Fondos de Secretaría General de Telefónica, relativos a las Actas del Consejo de Administración y del Comité Ejecutivo, por lo que aquí reiteramos nuestro agradecimiento a sus responsables.
Pero evidentemente, tanto la propia Telefónica como la Fundación debe preservar un volumen enorme de documentación de interés histórico incuestionable para la investigación. En la propia página web de la Fundación asociada al reciente vídeo publicado del que hablamos al inicio se dice textualmente: «Imágenes que muestran, por un lado el archivo documental, con más de 63.000 objetos, formado por revistas, fotografías, películas, planos, documentación técnica….»

Pues bien, aparte de una muestra del archivo fotográfico, que sí está disponible en la página web de la Fundación (pero no sabemos el porcentaje real de todas las fotografías preservadas), nada se sabe del resto de información del que se presume: películas, planos, revistas, documentación técnica. Es lógico pensar que quizá todo eso no puede estar accesible de forma abierta en internet, pero para cumplir con la Ley 6/1985 del Patrimonio Histórico Español de Patrimonio se hace necesario habilitar una sala y un horario de consulta para permitir el acceso a esa documentación.
En dicha ley se indica expresamente la obligación de preservar y difundir el Patrimonio Documental, y se define este de la siguiente forma en el artículo 49.2:
«Forman parte del Patrimonio Documental los documentos de cualquier época generados, conservados o reunidos en el ejercicio de su función por cualquier organismo o entidad de carácter público, por las personas jurídicas en cuyo capital participe mayoritariamente el Estado u otras entidades públicas y por las personas privadas, físicas o jurídicas, gestoras de servicios públicos en lo relacionado con la gestión de dichos servicios.»
Aunque Telefónica sea una empresa privada, gestiona servicios regulados por el Estado, pero además durante muchos años el Estado participó mayoritariamente en su capital, por lo que claramente Telefónica y la Fundación Telefónica están obligadas al cumpliendo de esta ley permitiendo el acceso a su archivo histórico. En caso contrario supondría claramente una anomalía respecto a la mayoría de los países de la Unión Europea, tal como se comprueba en otra información que publicamos hace tiempo sobre Archivos de Patrimonio Histórico de Operadoras y Fabricantes, que tenemos pendiente de actualizar. Como podéis comprobar, por ejemplo entre otros casos, tanto British Telecom como Telecom Italia tienen una página web específica sobre sus respectivos archivos, con salas para investigadores, dirección de contacto, catálogos tanto en línea para realizar búsquedas como in situ para profundizar en las mismas.
Muy buen trabajo amigos
Jose A.