Tres mil años de Telecomunicaciones en la Provincia de Soria. (Primera parte).

Parecen muchos, pero al menos de todos esos años se puede hablar, y de hecho habla, un soriano de pro como Rafael Romero en ésta, su obra enciclopédica, de la que aquí intentamos dar cuenta, de manera reducida, del primero de sus dos volúmenes.

Editada por la Diputación Provincial de Soria (*), la obra escrita por nuestro amigo y colega, colaborador de este blog, Rafael Romero Frías, «Tres mil años de Telecomunicaciones en la Provincia de Soria» se presentó al público el 29 de septiembre de 2022, recién salida de la imprenta justamente en la festividad del Arcángel San Gabriel, patrón mundial de la radio y de las telecomunicaciones y precisamente también cumpliéndose el primer centenario de la primera red telefónica urbana en El Burgo de Osma, patria chica de su autor. Una ficha sintética por el mismo autor la encontramos aquí.

Este enciclopédico trabajo fruto de una extensa y laboriosa labor de investigación se divide, en dos partes:

  • De los mensajes a gritos a la radio
  • Del nacimiento de la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE) al Internet de las cosas.

Realmente es intrépido por nuestra parte añadir algo más salvo invitar al lector a comenzar su lectura tras conseguir un ejemplar, pero la osadía del discípulo me lleva, no obstante, a extenderme en mi propio resumen, que me llevará al menos un par de entregas, y en la que apunto mis notas.

El autor Rafael Romero en la prensa de Soria

Desde la primera línea se observa la enorme exigencia de precisión que Rafael se ha impuesto en la redacción de su trabajo. Exhaustividad hasta el extremo, enciclopedismo ilustrado que nos permite aventurar desde ya, que además de ser realmente una Historia Universal de la Telecomunicación, de esta materia se escribe parejo su obligado tratado soriano, pues el lector comprobará que las escasas telecomunicaciones en la provincia de Soria siempre fueron el producto de las nimias y tardías decisiones del Gobierno de turno. Si estuviéramos en la época de las colecciones por fascículos, seguro que las editoras se pelearían por esta obra.

Minuciosidad y detalles hasta el infinito. Notas a pie de página que merecerían un capítulo para cada una de ellas. Se identifica y referencia la procedencia de toda información y toda imagen, etc…

Volumen I. (Hasta el capítulo 19).

Presentación. Formal y reivindicativa sobre las carencias de la provincia que parece apostar por la llegada de las nuevas tecnológicas sin perder la esencia de lo rural y del patrimonio natural soriano; lo esperable por parte del Presidente de la Diputación que lo suscribe.

Prólogo a cuatro manos. Sus dos redactores junto con el autor forman, indudablemente, un trío líder de las investigación de la historia de las telecomunicaciones en España, José María Romeo, Gilles Multigner y Rafael Romero son, sin duda, los «Tres Mosqueteros» de estas historias en nuestro país, desde hace, al menos, ocho lustros. Así que, como era de esperar, su lectura es, además de imprescindible para centrar la obra y a su autor -Romero es pionero y primer historiador de las telecomunicaciones en Soria-, una buena síntesis del contenido de los dos volúmenes.

Introducción. Importantes puntualizaciones en torno a la definición de «Telecomunicación». En las notas al pie, se apunta la que se dio en la reunión de la Unión Telegráfica Internacional de Madrid de 1932 y se reseña una cita de José María Romeo al que justamente nombra como «decano de los investigadores españoles de la historia de las telecomunicaciones» título bien merecido, no en vano hace una reflexión muy acertada sobre la definición y sus condicionantes.

Capítulo 1. Sobre la prehistoria de las telecomunicaciones. Tras una exposición de los instrumentos que se suponen fueron empleados desde el origen de los tiempos para la comunicación a distancia, los aerófonos e idiófonos entre otros, siguiendo los testimonios que nos han legado los clásicos, helenos y latinos, se pasa a detallar los diferentes eventos que la historia y la mitología nos ha hecho llegar, centrándose en los métodos ópticos (o visuales) de Eneas el Táctico, Cleoxenes o Demócrito, Polibio y Julio Africano; el primero sólo útil para la transmisión de mensajes previamente acordados, los demás más avanzados para mensajes no preacordados; terminando el capítulo con una breve descripción de los métodos basados en instrumentos musicales (acústicos).

Capítulos 2 y 3. Los arévacos en la celtiberia y la llegada de cartagineses y romanos a tierras sorianas. Tras describir la distribución de las diferentes tribus habitantes de Iberia y más en detalle las que componían los celtíberos, ocupantes de la actual Soria, arévacos y pelendones… y contarnos las diferentes correrías bélicas de unos y otros recogidas por los clásicos y reinterpretadas por los historiadores y en algún caso por los arqueólogos, el autor razona con toda lógica sobre el plausible conocimiento y uso por las tribus nativas de los diferentes sistemas de comunicación previamente descritos en el capítulo previo.

Capítulo 4. Roma se impone en las guerras celtibéricas. Se describe el sitio de Numancia (donde Polibio indica los métodos de telecomunicación empleados) y la presión romana sobre Uxama, Termancia y otros enclaves celtibéricos tras la finalización de la segunda guerra púnica. La progresiva integración de los nativos con los romanos, sobre todo aprendiendo sus artes guerreras, hacen suponer (así lo narran los cronistas romanos) que incluían el uso de sus mismas técnicas de comunicación a distancia, a saber: telegrafía óptica (antorchas, ahumadas, hogueras, enseñas, color de las velas en los barcos, etc..) o acústica con instrumentos sonoros.

Capítulo 5. Uxama romana y visigoda. Auge y declive de la romanización, inicio del cristianismo y asentamiento de los visigodos en tierras sorianas y, con ello, se supone una pérdida paulatina del conocimiento y uso de las técnicas de comunicación a distancia.

Capítulo 6. Osma árabe. Muy interesante capítulo, tanto en su texto como en sus extensas notas al pie que documentan, entre otras cosas, completos cálculos y deducciones sobre la velocidad de las caballerías sobre los caminos de aquella Edad Media destacando el avance que supuso el empleo de herrajes, desconocidos hasta entonces. Ese aumento de la velocidad de las comunicaciones a caballo indujo el relativo abandono de los sistemas de telecomunicación no preacordada que, independiente de los avances que siglos después tendría la telegrafía óptica, por el momento no podían competir con la velocidad de los jinetes.

Capítulo 7. Nace el Burgo de Osma. Los mensajes preacordados continúan. Desde inicios del siglo XII hasta el XVIII, se suceden importantes episodios de la historia de España en los que, como nos cuenta Romero con detalle, los sorianos no están ausentes, dando pie y teniendo ocasión y oportunidad de conocer, asimilar e importar el conocimiento de los diferentes sistemas de telecomunicación en uso, que por otra parte no parecen evolucionar, si no, más bien sufren un estancamiento por causa de la falta de necesidad que, las clases dominantes principalmente, tienen de mayores velocidades de transmisión que las que ya se disponían con las redes de ahumadas existentes (también en la provincia de Soria) y las caballerías provistas de buenas herraduras y atalajes. Es interesante, además de los detalles históricos referidos a El Burgo y su comarca, la descripción detallada que se incluye de las «Ordenanzas del Cuerpo Militar de la costa del Reino de Valencia» del siglo XVI.

Capítulo 8. El correo hasta mediados del siglo XIX. Con gran cantidad de citas procedentes en su mayoría de los protocolos notariales de cada época, se nos cuenta la historia con nombres propios y particularizada para Soria de los avatares del servicio postal que fue primero privado y exclusivo para la los gobernantes y después, tras la llegada de los Borbones, extendido al público en general y gestionado por el Estado, en lo que fue el origen de Correos. Interesante y grata lectura para que los sorianos en general y sobre todo los burgenses, conozcan los muchos detalles que se apuntan.

Capítulo 9. La sociedad reclama mayor velocidad en las noticias y nace el telégrafo óptico. Romero, defendiendo el argumento de que es la necesidad la que produce los avances necesarios para su atención, nos cuenta el nacimiento en la Francia de 1794 de las primeras aplicaciones prácticas del sistema ideado por los hermanos Chappe. Nos introduce la figura del «grandioso» Betancourt y las primeras iniciativas llevadas a cabo en España a partir de 1799, sin dejar de mencionar a Ximénez Coronado y sus poco conocidas experiencias previas (en 1793) y la red que Lerena construyó entre Madrid y las residencias reales de su entorno en 1830. Y, finalmente, tras incluir algunos telegramas históricos enviados durante las guerras carlistas por tierras sorianas, se describe la red de Mathé y su funcionamiento detallado incluyendo su primer mensaje emitido el 2 de octubre de 1846, desde Irún a Madrid. Fecha a recordar. Por supuesto nos relata también el papel que las tierras de Soria no llegaron a desempeñar en el desarrollo de esa red estable de telegrafía óptica

Capítulo 10. Nace el telégrafo eléctrico. En este corto capítulo se nos introduce el descubrimiento de la electricidad y todas las primeras experiencias e invenciones de su aplicación a la primitiva telegrafía eléctrica en todo el mundo, para centrarse después en las últimas investigaciones sobre su historia en España. Especialmente interesante los poco conocidos casos de la línea de Aranjuez, propiedad del ferrocarril en 1851 y la experiencia estatal llevada a cabo en Cuba en 1853, ambas anteriores a la red nacional que se estrenó oficiosamente el 5 de junio de 1854 y formalmente al año siguiente.

Capítulo 11. El telégrafo eléctrico llega a España. Se dan aquí todas las fechas que determinan las posteriores efemérides relacionadas con la telegrafía eléctrica y el Cuerpo de Telégrafos español en el mes de abril de 1855. Antes, el 6 de octubre de 1852, se creaba por Real Decreto (G. 6681, de 7-10-1852) la Escuela de Telegrafía Eléctrica en el castillo del Retiro madrileño de la mano de Mathé (comisionado para estudiar las experiencias que ya se estaban llevando a cabo en otros países europeos).

Capítulo 12. La telegrafía eléctrica llega a Soria. En 1869 se establece la vigilancia de las líneas telegráficas por parte de los vecinos y con la bronca de los clérigos que no querían colaborar. De 1870 se comenta el falseamiento de los telegramas del Estado en el atentado de Prim. Problemática del abuso de las franquicias por las administraciones. Cuarta estación telegráfica en Soria de manos del Ferrocarril. Nueva ley por la que los propios ayuntamientos de poblaciones cercanas a las líneas telegráficas, corriendo ellos con los gastos, pueden solicitar y montar nuevas estaciones de telegrafía, en Soria ninguna lo hace. Problemática del mantenimiento de las líneas encargado a los peones camineros y del ferrocarril que resultó provocar más averías. En 1873, salida de Amadeo I y proclamación de la Primera República; problemas de sabotaje por la Tercera Guerra Carlista; importancia de la telegrafía eléctrica para los asuntos militares, incrementando el uso de los mensajes criptografiados. Aumento del horario de la atención del servicio en los años siguientes, pero con escaseces presupuestarias que no evitaban el deterioro de las infraestructuras ni su necesario incremento.

En 1875, a pesar de la llegada de Alfonso XII, la Tercera Guerra Carlista no acababa y provocaba en tierras sorianas no pocos inconvenientes que afectaban también al telégrafo. Por otra parte, el uso del telégrafo supuso una ventaja crucial en el desarrollo de los acontecimientos como bien se muestra en este capítulo que se completa con la problemática del control del horario del servicio telegráfico entre la Dirección General de Telégrafos y el Gobernador Civil de Soria. En 1876 termina esa guerra finalmente y en periodo de mayor estabilidad mantenido entre los liberales de Sagasta y los conservadores de Cánovas, hay espacio para facilitar la llegada de las mejoras técnicas que vienen del resto del mundo y también las que se generan aquí, como los telégrafos ópticos válidos también en la noche de José María Aguinaga y Enrique Bonnet, quién también mejoró el conmutador suizo con uno de su invención. En 1877, ya con el teléfono «en puertas», la telegrafía tuvo un muy fuerte incremento a nivel mundial por la puesta en servicio de numerosos cables submarinos que permitieron la comunicación con el continente americano. A nivel nacional se aprobó un nuevo reglamento orgánico del Cuerpo de Telégrafos y se introdujeron nuevas mejoras como los aparatos inventados por Hughes-Wheastone.

Capítulo 13. Nace el teléfono y llega a España. Aparcando momentáneamente la cronología soriana de la telegrafía, se retrocede en el tiempo para introducir con todo detalle y actualizado a las últimas investigaciones, la polémica autoría de la invención del teléfono. Sin duda es un apartado que puede extraerse del contexto y emplearse para ponerse al día en el tema; Meucci, Gray, Bell y todos los demás protagonistas de la trama tienen su espacio que se complementa con la pequeña historia de la llegada del «aparato hablante» a las Españas. Destacar aquí la enorme (muy llamativa sin duda) concentración de eventos acaecidos en la península en los meses de diciembre de 1887 y enero de 1888. El capítulo, luego de esto, retoma la senda de los hechos sorianos, en torno al telégrafo desde 1878 hasta 1894.

En 1880 comienza a llevarse a cabo la fusión paulatina de las estafetas de correos con las estaciones telegráficas con el fin de reducir plantilla y presupuesto, dándose opción a las primeras colocaciones femeninas efectivas como auxiliar del Cuerpo de Telégrafos, aunque, aún y por bastante tiempo, en condiciones precarias. También en esos años se fraguan las primeras experiencias telefónicas de la mano del telegrafista Enrique Bonnet y la iniciativa de Emilio Rotondo, así como las instalaciones del particular Sánchez-Arjona en Extremadura. En 1881 se promueve una ley que permite ampliar la red pública de telegrafía eléctrica incorporando las estaciones telegráficas de las compañías de ferrocarriles, que tuvo su reflejo positivo en alguna localidad soriana.

En 1882 se publicó el primer marco legal de la telefonía española por Real Decreto de 16 de agosto de ese año, de la mano del ministro de la Gobernación Venancio González y Fernández del gobierno que presidía Sagasta. En 1883 se establece el enlace “heliográfico” (telegrafía óptica) entre Tarifa y Tánger para uso civil. En 1884 entra en servicio el cable telegráfico de Cádiz a Tenerife concedido por Real Orden de 30-12-1882 al polaco Thadeo D,Oksza Orsechjouski.

En 1885 el telégrafo, a pesar de los repetidos sabotajes de aquellos que creían que por los hilos se transmitía la enfermedad, ayuda a contener la epidemia de cólera en las tierras de Soria. También por ese medio la población de los diversos pueblos se informó de la «Crisis de Las Carolinas» realizándose  manifestaciones en contra de la intervención alemana en dichas islas. Se apunta los inicios de la teledifusión y el teatrófono que se estrenó en España ese mismo año.

La aún escasa red telegráfica interurbana nacional (todavía 27 capitales de provincia carecían de hilos directos con Madrid y la red telefónica era nula) promovió las pruebas de compartición de líneas telegráficas con el servicio telefónico de larga distancia, con el sistema Rysselberghe entre Madrid y Burgos. El año terminaba con el fallecimiento de Alfonso XII

En 1886, tras el nacimiento de Alfonso XIII en mayo, en junio el gobierno de turno liberal, ante el déficit de los ingresos por el impuesto de timbre del servicio telefónico, volvió a dejar en manos privadas las instalaciones y la explotación de las redes telefónicas, dejando a Telégrafos las labores de inspección. En 1887 se reglamentó la militarización de los funcionarios civiles de Telégrafos en caso de necesidad. Un real decreto de 1889 regulaba el uso del telégrafo por la prensa a tarifas especiales reducidas

En 1890, por fin se iniciaron los trabajos de la línea directa Madrid-Soria, aunque quedaron paralizados en Sigüenza por escasez de presupuesto y se inauguraba la estación telegráfica de Almazán, con lo que la provincia de Soria terminó el año con cinco de esas estaciones. En cuanto al servicio telefónico, el decreto Silvela del Gobierno conservador de Cánovas, estableció un sistema mixto de concesiones que permitió mayor expansión del servicio de manos de los ayuntamientos y Telégrafos. Como caso destacado y singular se menciona el de Toledo y su promotora Isabel González-Alegre y Fanjul .

1891 fue un año en el que hubo que pelear, si acaso mucho más que los anteriores, contra las restricciones presupuestarias que se imponen desde Madrid; el ayuntamiento de El Burgo, así lo hizo reduciendo el impacto inicialmente previsto. Telefónicamente, nuevos decretos, dividieron la concesión de las redes interurbanas en la península en cuatro a zonas: noroeste, suroeste, noreste y sureste. El desarrollo inmediato de las mismas se redujo, como era previsible, a las zonas de alto interés económico olvidándose de las demás. Entre las medidas de reducción de gasto se decretaron medidas de fusión de los Cuerpos de Correos y Telégrafos.

1892, primera huelga general de funcionarios, la llamada «huelga romántica de los telegrafistas» provocada por el malestar de estos tras la fusión con Correos. En este mismo año se instaló la primera línea telefónica privada entre el Gobierno Civil y la estación telegráfica en Soria para la transmisión de telefonemas. También algunas instituciones privadas o públicas instalaron redes de intercomunicación interna en sus edificios principales.

En 1893, finalmente y gracias a la inauguración del ferrocarril Soria-Torralba del Moral, se completó la línea telegráfica Madrid-Soria iniciada ocho años antes. Se apunta el avance que, sobre el sistema de batería local, supuso la batería central inventada en España, con poca repercusión por Rodríguez Merino dicho año.

Capítulo 14. El teléfono particular llega a la provincia de Soria. Fue en 1885 cuando además de inaugurarse la tercera ruta ferroviaria que pisaba tierras sorianas, la luz eléctrica llegó a iluminar las calles de El Burgo, y también puso en marcha una línea telefónica particular el mecenas Pablo Lagüera entre su domicilio en la calle Mayor de El Burgo y su empresa eléctrica en el paraje oxomense de Portuguí; pero se hizo sin la correspondiente autorización obligándose a su desmontaje a los pocos meses. Otras muchas más líneas particulares se instalaron y estuvieron activas entre 1893 y 1921. En 1895 también se decretó la desfusión de Correos y Telégrafos que se llevaría a cabo paulatinamente. En los años 1897 y 1898 los acontecimientos políticos en las posesiones españolas de ultramar, el asesinato de Cánovas, la guerra con Estados Unidos y la pérdida de Cuba entre otros, fueron importantes noticias que lograron ser conocidas en muchas poblaciones sorianas gracias al telégrafo.

Capítulo 15. La radio nace en Europa. Aunque como ya sabemos, fue Salvá el primero que mencionó un sistema de telegrafía sin hilos en 1795, los trabajos de Maxwell en 1867, Edison en 1874, y otros; y después de Hertz en 1887, que llevó a cabo las primeras demostraciones prácticas de las ondas electromagnéticas, hicieron posible la radio -telegrafía sin hilos-, que finalmente Marconi empleó en sus primeras aplicaciones a partir de su patente de 1896.

Mientras tanto en España en los años 1898 y 99 se vivía la depresión lógica tras la pérdida de las colonias y la repatriación de las tropas que habían combatido en las diversas guerras asociadas.

En esas fechas nace también la radio-afición en todo el mundo, iniciada por el teniente de navío irlandés Meade Dennis que construye una primera estación experimental privada. En España el comandante de Ingenieros Julio Cervera Baviera se adelanta a otros, con la patente de su sistema de radiotelegrafía, que sustituye el manipulador Morse de Marconi, por una máquina de escribir duplicando la velocidad de transmisión. El año 1900 llegó con el mismo ambiente nacional de un futuro poco esperanzador. El Gobierno de Eduardo Dato mantuvo el sistema mixto de concesiones telefónicas urbanas a las empresas privadas dejando la construcción de las redes interurbanas a la iniciativa privada, aunque con administración del Estado. Con todo, termina el siglo con sólo 15.000 abonados en 42 ciudades con centrales manuales. Telegráficamente se atendían 1.491 estaciones con 32.494 km de líneas. En ese mismo año se radió por primera vez la voz humana desde la isla de Cobb cerca de Washintong DC de la mano de Reginald Aubrey Fesseden.

En 1901 comenzó a funcionar el primer enlace regular de radiotelegrafía privada entre las oficinas de la Compañía Trasatlántica Española y sus talleres en Matagorda en Cádiz. Al año siguiente sería el comandante Cervera el que establecería el primer servicio regular mundial de radiotelegrafía militar entre Tarifa y Ceuta. Y también en 1902, Cervera mismo, según nos cuenta Romero basado en el trabajo de Ángel Faus Belau, patentó la radiotelefonía (o telefonía sin hilos) fundando para su comercialización la Sociedad Anónima Española Telegrafía y Telefonía sin Hilos.

En 1903 se aprueba un nuevo Reglamento del Servicio Telefónico en el que se regula por primera vez la interconexión entre redes urbanas y los «grupos telefónicos», articulándose también una trama de redes interurbanas. También, como novedad, se mencionaba en él a las «señoritas telefonistas». Entre las empresas implicadas en las diversas concesiones destacó rápidamente la Compañía Peninsular de Teléfonos representada por Enrique Parellada y Pallás. En este mismo año se celebró la Primera Conferencia Preliminar de Telegrafía sin Hilos en Berlín intentado frenar el monopolio de las radiocomunicaciones creado por Marconi, generando también una primera reglamentación.

El «Diario Ferrolano» consiguió, en 1904, autorización para la instalación y explotación a su cargo de un enlace de radiotelegrafía entre El Ferrol y La Coruña. En Real Decreto de 21 de junio de dicho año se autoriza el uso de los idiomas y dialectos hablados en España en las conferencias telefónicas y para los telefonemas y telegramas privados. Al siguiente año, 1905, en el campo de la radiotelegrafía, Leonardo Torres Quevedo mostró su «telekino» con gran repercusión, y el Gobierno constituyó una primera comisión mixta encargada del tema. En lo que respecta al devenir de la estación telegráfica de El Burgo durante todos estos años y casi desde su origen se mantuvo abierto el conflicto entre el ayuntamiento y la administración central sobre el responsable final de correr con los gastos del alquiler de los locales y la vivienda de los telegrafistas, llegándose en varias ocasiones la amenaza de clausura de la misma.

En 1906 la noticia del atentado en la boda de Alfonso XIII fue difundida ampliamente por el telégrafo consolidándose aún más como servicio de comunicación imprescindible. También en dicho año se celebró de nuevo en Berlín, la Plenipotenciaria Primera Conferencia Internacional de Radiotelegrafía en la que se instituyó el «SOS» como señal de socorro. Por otra parte, la invención del triodo o audión por Lee de Forest basado en el diodo de vacío de Fleming de 1904, facilitó una más rápida expansión de los equipos de radio.

Estación telegráfica principal en Soria, 1910. Véase al fondo de la imagen un aparato Hughes. AHPSo 14.637

Capítulo 16. Soria reclama el teléfono público. El retraso en disponer de una red urbana de teléfonos en la capital soriana se sigue acumulando, con vanas promesas de por medio entre los años 1906 y 1909 tal y como se describe en este capítulo (no será hasta 1915 en el que por fin se consiga). Diversos hechos y circunstancias de interés en la historia que nos ocupa se describen aquí, pero resaltamos el siguiente párrafo que reproducimos literalmente a modo de ejemplo: «Al terminar 1908, el caso telefónico en España era un hecho: todas las disposiciones legales, que venían a emular al hilo de Ariadna, propiciaron la existencia de unas sesenta redes urbanas explotadas por particulares y de once por el Estado; la red interurbana del noroeste y cierto número de líneas interurbanas del Estado unían puntos aislados sin formar conjunto conexionado alguno. Las líneas urbanas privadas no enlazaban en ningún caso con las estatales, ni estas con las del noroeste. También las tarifas y cánones eran tan diversos como las zonas de extensión de las líneas urbanas y los materiales y elementos utilizados».

Capítulo 17. La incipiente radiodifusión sonora. En 1910, Lee de Forest continuó introduciendo mejoras en sus triodos que permitieron la expansión de la radiodifusión y su aplicación no solo en los emisores sino también en los receptores que empezaron a comercializarse ampliamente entre particulares y radio aficionados. A partir de ese mismo año se introdujeron también mejoras en el servicio telegráfico, complementando la estructura radial de la red con otra poligonal, así como con la sustitución de los viejos equipos por otros como el de Baudot.

En cuanto a la lucha del pueblo de Soria por conseguir el teléfono público urbano, aquellos años fueron tan infructuosos como los anteriores. La radiotelegrafía seguía expandiéndose sobre todo en las comunicaciones marítimas, Marconi y Telefunken eran las marcas de las estaciones empleadas. La Compañía Nacional de Telegrafía Sin Hilos de España era la empresa concesionaria del servicio desde 1911. Al año siguiente, 1912, se promulgó la «ley de la silla» que obligaba a disponer de dicho mobiliario en los trabajos atendidos por mujeres, esto a la larga vino a modificar las posiciones y los cuadros telefónicos mejorándolos para ser atendidos por operadoras sentadas.

En 1914, dio comienzo la Primera Guerra Mundial y en ella la radio y otras innovaciones fueron probadas con éxito, impulsando su mejora y expansión también en España. En el panorama telefónico la Compañía Peninsular iba creciendo significativamente al ir agregándose las redes de otras concesiones que abandonaban. En ese año se intentó mediante decreto la instalación de un teléfono en cada caseta de Peones Camineros para conexión con la estación telegráfica más próxima, pero nunca llegó a extenderse significativamente. La recién creada Mancomunidad de Cataluña comenzó su actividad en los servicios telefónicos de mano de Esteban Terradas. El año terminó con un total de 232 redes telefónicas municipales en España y con sólo 35.000 abonados urbanos.

Capítulo 18. El teléfono público en la provincia de Soria. Por fin, en 1915, comenzó a hacerse realidad el teléfono público en la capital soriana, inaugurándose el 17 de noviembre, y al día siguiente se ponía en servicio el locutorio telefónico de El Burgo sobre la línea telegráfica con Soria, mediante el sistema Rysselberghe. A partir de 1916, y de la mano del director general del ramo, Francos Rodríguez, por fin se comenzó a diseñar un proyecto integral de telefonía nacional que contemplaba hacer llegar el servicio a una inmensa mayoría de las poblaciones, para una posterior gestión integrada al estilo de los «PTT» que ya funcionaban en Inglaterra, Francia o Alemania. Fue el Proyecto de Telefonía Nacional que José Francos Rodríguez presentó en las Cortes en marzo de 1917, y que los diferentes avatares de la historia política del momento, hicieron caer en el olvido para no aprobarse nunca. Mientras tanto los sorianos continuaban pujando por conseguir o mantener los escasos y discriminatorios servicios, postales, telegráficos o telefónicos que tenían sin mayor éxito en ese periodo. En 1918 más huelgas del personal de Correos y Telégrafos se sucedieron provocando incidencias y cortes en los servicios y la militarización del personal. En paralelo la gripe «española» causó estragos agravados por las consecuencias de la Gran Guerra que finalizó en noviembre. Todo ello provocó un año 1919 con una gran inflación que junto con la crónica inestabilidad política solo mantuvo el estancamiento de las telecomunicaciones, al margen del equipamiento de algunos equipos radiofónicos en cruceros de la Armada y buques mercantes de la mano de Antonio Castilla López.

Primera centralita pública en Soria, marca Ericsson con capacidad para 160 abonados 1915. Fuente AHPSo , 4688

Capítulo 19. La radiodifusión sonora emite con regularidad. Desde el inicio de la posguerra se favoreció la aplicación de los avances tecnológicos, consolidados durante el conflicto, a la vida civil. Uno de los más destacados fue la radiodifusión sonora regular, que se inició en Pittsburgh en 1920 de la mano de Frank Conrad y sus programas musicales. En España el mencionado Antonio Castilla emitió el primer programa público de radiodifusión en Valencia. En cuanto a la telegrafía, el empleo de los teletipos se extendió igualmente de forma paulatina sin llegar a sustituir a los sistemas morse tradicionales que continuarían creciendo al menos hasta 1930. La telefonía también se benefició de avances como las bobinas híbridas que permitieron aumentar el número de circuitos sobre cada cuatro hilos con los llamados circuitos fantasmas (y superfantasmas), y también se instalaron los primeros sistemas de baja frecuencia con sus repetidores a base de la válvula audión del Sr. De Forest. Este mismo año se fundaba la ITT, que luego tendría tan importante papel en España.

Los sorianos, cada vez más entre ellos y con mayor ímpetu, siguieron reclamando las mejoras en los tres servicios: postal, telegráfico y telefónico. En El Burgo por fin en 1922 consiguieron disponer de su ansiada red urbana a cargo del Estado a través de Correos y Telégrafos, compuesta por un cuadro de abonados Ericsson, tipo pupitre para hasta 100 abonados y 5 líneas interurbanas. Todos los detalles del resto del equipamiento de la planta interior y exterior de la red, así como su operativa se describe con todo detalle en este capítulo, así como la inauguración de la red tras un sin fin de burocracias previas. No hubo la misma suerte con el solicitadísimo circuito directo de Madrid a Soria, que no se completaría hasta septiembre de 1925, y el segundo, vía Aranda de Duero, hasta 1953, ambos de la mano de la futura CTNE.

En esos años el servicio postal se vio afectado por nuevas huelgas e inestabilidades laborales de diferentes sectores que comenzaban a ser frecuentes. Ya en 1923, las estaciones radioeléctricas seguían aumentado por lo que el Gobierno se vio obligado a legislar gestionando el espectro y articular las licencias de radiodifusión. En dicho año se legalizó el «Radio Club España» fundado el año anterior.

El 23 de agosto de dicho año, 1923, se instaló en la sede de la Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa la primera centralita telefónica automática de España, y a mediados de diciembre se ponía en marcha la primera automática pública en Balaguer (Lérida) de la casa Siemens&Halske (la primera central automática en Europa era de 1910 en Múnich). Unos meses antes, en septiembre se produjo el levantamiento militar que dio origen a la dictadura de Primo de Rivera.

También en dicho año un teléfono previo pago -de monedas- inventado y patentado por Francisco Martín López fue empleado, que sepamos al menos, en algunos establecimientos de Barcelona. También se llevó a cabo el 22 de diciembre la primera retransmisión por radio -Radio Ibérica- del sorteo de Navidad.

Finalmente en 1924, tras la Conferencia Nacional de Telegrafía sin Hilos se concedían las primeras licencias de radio a Radio Barcelona EAJ1 y Radio España EAJ2 y otras más de inmediato, proliferando la «radiomanía», y con ello el aumento de ventas al público de radiorreceptores de galena o a válvulas. Por supuesto, con el debido decalaje, estas nuevas modas también terminaron implantándose entre la población soriana, protagonista principal a la que se dedica esta obra en la que se recogen múltiples detalles, no menos interesantes, que se han obviado necesariamente aquí por razón de espacio.

Y hasta aquí nuestros apuntes de la lectura del primer volumen de esta magna obra. Aquí lo dejamos, en el año 1924 que justamente marcará el nacimiento de la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE) a cuya centenaria historia se dedica el segundo volumen del que daremos cumplida cuenta en una nueva entrada.


(*) Los lectores interesados pueden adquirir la obra dirigiéndose a:

  • De forma presencial o virtual en la centenaria librería “Las Heras” (Soria): Tfno. 975-211447; E-mail: Info@lasheras.net , www.lasheras.net , los dos volúmenes tienen un precio de 50,60€.
  • También presencialmente en la Diputación de Soria (C/ Caballeros, 17 – Tfno. 975-10 10 00;  https://www.dipsoria.es/

Acerca de

Inquieto e interesado en casi todo...

Tagged with: , , ,
Publicado en Archivos, Cultura, Historia, Opinión, Protagonistas, Radio, Radiotelegrafía, Telefonía, Telegrafía

Continua comentado...

Introduce tu dirección de correo electrónico para seguir este Blog y recibir las notificaciones de las nuevas publicaciones.

Únete a otros 321 suscriptores
Síguenos en X
Todas las entradas