La cabina del Pozo del Tío Raímundo

Si prefieres escucharlo…

Teléfono de uso público (modelo 5536-M). Este tipo se utilizó primero con fichas y posteriormente con pesetas.

Teléfono de uso público (modelo 5536-M). Este tipo se utilizó primero con fichas y posteriormente con pesetas.

A estas alturas del siglo XXI, es difícil encontrar una cabina telefónica. Incluso si preguntamos sobre ellas, es posible que las respuestas de los más jóvenes nos sorprendan con una imagen diferente de la que podamos tener.

A mediados del pasado siglo, el teléfono público, fue una solución paliativa ante la imposibilidad de tener uno propio, tanto por su alto coste inicial como por la larga demora en su instalación.

Después, décadas antes de la llegada de los móviles, los teléfonos públicos de previo pago, primero de fichas y luego por fin de monedas, vinieron a cumplir un importante función social, al permitir el acceso al servicio telefónico no solo a los que no estaban abonados, sino a cualquiera que, estando fuera de su domicilio lo necesitase, permitiendo prestar el servicio en cualquier población donde no se justificaba la instalación de un locutorio.

Un avance adicional fue el disponer de dichos teléfonos en «cabinas» aisladas en la vía pública lo que permitía su uso en cualquier momento al margen de los horarios comerciales de los establecimientos o domicilios particulares concertados, que inicialmente los albergaban. En 1966 se instalaron en Madrid las primeras cabinas telefónicas  en la vía pública.

El despliegue de las cabinas fue paulatino, pero en España llegó a alcanzar una magnitud considerable (de hecho su número fue creciendo superando con creces los 100.000 a finales del 2000) contando incluso con planes de refuerzo para atender la demanda en aquellos lugares y épocas en los que la atención del servicio esperado lo requería.

Con el rápido crecimiento de los teléfonos móviles y la práctica universalización del servicio fijo, el uso de las cabinas cayó rápidamente, reduciéndose por tanto su número. En la actualidad su número rondará las 40.000.

Datos del crecimiento de las cabinas versus los móviles en cnmcblog.es

Datos del crecimiento de las cabinas versus los móviles en cnmcblog.es

Llegaron a superar ampliamente las 100.000 cabinas en el año 2000, habiéndose reducido a sólo unas 35-40.000 en la actualidad, y reduciéndose anualmente.

En fin, como dice la canción «todo pasa y todo llega» y el tiempo de las cabinas como las conocimos los más mayores no volverá. Pero superemos la nostalgia y sigamos con nuestra historia.

El material base de las cabinas españolas fue el aluminio, a diferencia de las famosas cabinas británicas cuya estructura original era de hierro fundido, lo que hizo que las españolas fuesen rápidamente recicladas, mientras que las inglesas son ahora demandadas por coleccionistas y diseñadores y se venden como objeto de culto.

Es importante recordar que toda línea telefónica disponía de su correspondiente Guia o directorio telefónico local, también los teléfonos públicos, lo cual planteó un problema con las primeras cabinas, al encontrarse estas en la misma calle y por tanto expuestas a los efectos del vandalismo, que tanto les afectaba.

Así, los primeros modelos de cabina de estructura de aluminio, disponían de unos elementos abatibles en la repisa, de los que se hacían colgar el tomo o los tomos de las guías telefónicas locales, sujetas por el lomo para evitar su pérdida, cosa que rara vez se conseguía.

Lo normal es que al poco tiempo de la instalación de la nueva cabina, esta fuera «perjudicada» por «el entorno» y tanto las guías que desaparecían o se desojaban rápidamente, como el propio aparato y la misma cabina, sufrían asaltos y desperfectos varios que, las más de las veces, la inutilizaban.

Esta circunstancia fue una continua preocupación de la Compañía Telefónica que incurría en serios gastos de reparación y mantenimiento en relación con este servicio.

Para minimizar estos costes se mejoraron y reforzaron los diseños de los aparatos, huchas y la propia estructura, pero se desistió en el equipamiento de las guías telefónicas en papel en las cabinas.

Pero toda regla tiene su excepción, y esto es pura anécdota de transmisión oral. Sería sobre los años 70 y todavía en Madrid perduraba al menos una cabina con guías en papel y en uso, la del Pozo del Tío Raimundo.

En otro momento ya conté que mi padre fue «telefonico». Pues fue él el que me lo contó. Cabe la posibilidad de que nunca ocurriese o de que mis recuerdos estén deformados, pero aquí os lo cuento, por que viene al caso.

Cabina telefónica en 1971

Cabina telefónica en 1971

El Pozo del Tío Raimundo en el distrito de Vallecas en Madrid, a finales de los 60, todavía era un barrio marginal compuesto por chabolas y ocupado por inmigrantes provenientes del campo y con mínimos recursos.

Muy probablemente sería de los últimos lugares en disponer de un teléfono público en la capital, pero un día, por fin, le llegó su turno. Y fue a un celador andaluz al que le tocó el trabajo de terminar de instalar aquella cabina y de hacer su prueba final.

Era un celador celoso de su trabajo, y además de carácter campechano y «echao palante». Nos podemos imaginar la cabina instalada en lo que podía entenderse como la plaza del lugar, colocada en una posición prominente y a la vista de la mayoría.

Cuando nuestro protagonista completó las pruebas y se aseguró del correcto funcionamiento de la cabina, hizo algo inaudito y probablemente fuera de sus competencias.

Con voz y gesto decidido, convocó a las mujeres que aquella mañana, le habían estado observando en la distancia con curiosidad desde sus humildes hogares.

¡Eh … si ….Ustedes vosotras, acercarse por aquí!

Una vez tuvo a las mas decididas reunidas en torno a la reluciente cabina, elevando la voz les dijo:

¿Ustedes la ven? Esta es «su» cabina telefónica. Aquí la tienen completa con su teléfono, su puerta, sus guías…..
Ahora pueden hacer con ella lo que se les antoje…. romper los cristales, llevarse el teléfono, limpiarse el cu… con las guías…. lo que ustedes quieran….. Pero luego no se quejen porque no vendremos a reponerla. ¡Ustedes verán lo que hacen!.

Y desde aquél día, «la cabina del Pozo del Tío Raimundo» siempre estaba impoluta, se turnaban en su limpieza las vecinas del lugar y ¡cuidado con el que se le ocurriera asaltarla o dañarla……! Así según me contaron, años después aún seguía manteniendo sus guías en papel.

Acerca de

Inquieto e interesado en casi todo...

Tagged with: , , ,
Publicado en Historia, Protagonistas, Telefonía
8 comments on “La cabina del Pozo del Tío Raímundo
  1. Begoña dice:

    Magnífico. Felicidades!!

  2. neokrisys dice:

    Me ha encantado este artículo!! 🙂

    • Me alegro. Me hubiera gustado encontrar alguna fotografía de la repisa, con los soportes basculantes de las Guías Telefónicas, que tenían aquellas primeras cabinas, para ilustrar mejor la historia. Seguiré buscando.

  3. Pentaconto dice:

    Jejeje, faltan las «fichas» para el aparato de arriba: https://www.flickr.com/photos/24070496@N08/2575428736/in/set-72157603962394645

    • Pentaconto, gracias por tu aportación. Como veras estamos «tirando» de tu estupenda galería para animar nuestra cuenta de tuiter. Por cierto ¿conoces alguna fotografía de una cabina con los soportes basculantes de las guías?. Saludos.

      • Pentaconto dice:

        No, la verdad que no dispongo de fotos de cabinas antiguas. es una lástima.

  4. Miguel Ángel Campos Delgado dice:

    ¡Loable ocurrencia la del instalador!

Continua comentado...

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Introduce tu dirección de correo electrónico para seguir este Blog y recibir las notificaciones de las nuevas publicaciones.

Únete a otros 294 suscriptores
Síguenos en Twitter
Todas las entradas
A %d blogueros les gusta esto: