Telefonemas

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, un «telegrama» es un mensaje telegráfico, es decir transmitido por medio del telégrafo. De igual forma, un «telefonema» es un «mensaje telefónico». Por tanto cuando telefoneamos estamos intercambiando telefonemas, así de sencillo.

Sin embargo el término telefonema, que en la actualidad está practicamente en desuso, estuvo en auge durante una larga temporada, en la primera mitad del siglo XX, coincidiendo con la expansión inicial de la telefonía, y mientras su grado de penetración entre la población era bajo.

El servicio de «Telefonemas» ofrecido por las compañias telefonicas, permitia al emisor, enviar a cualquier destinatario, un mensaje escrito que era transmitido telefonicamente, al menos, hasta la central telefónica más cercana al receptor, o directamente a su teléfono si este último era abonado del servicio y ya disponia de teléfono.

El paulatino aumento de la capilaridad de las redes telefónicas, respecto de las telegráficas, que sólo alcanzaban las estafetas y oficinas o estamentos oficiales, hizo que los telefonemas, en aquella coyuntura, se popularizaran rápidamente, permitiendo enviar mensajes a cualquier destino y persona, rápidamente y a un coste competitivo.

Impreso de Telefonema de la CTNE. Imagen archivo UCM.

Impreso de Telefonema de la CTNE. Imagen archivo UCM.

Para enviar un telefonema se empleaban unos impresos como el que se ilustra en la figura. La transcripción de las indicaciones al dorso, que se reproducen a continuación, nos da mejor idea del funcionamiento y de las modalidades que existieron.

A los abonados

Los abonados pueden transmitir telefonemas desde sus propios teléfonos. Para ello si el servicio es automático, basta marcar el 07, y si es manual pedir «Telefonemas». Después se dicta el texto a la Central. El coste de los telefonemas así expedidos se cargará en la factura mensual del abonado, como se hace con las conferencias.

(Igualmente se participará a los abonados los telefonemas para ellos recibidos, por si desean les sean transmitidos por teléfono.)

(Telefonemas al número de teléfono
Si el destinatario dispone de número de teléfono debe reducirse la dirección al punto de destino, número de teléfono y apellido del destinatario o palabra que lo identifique.
Estos telefonemas son más rápidos porque el texto se comunica por teléfono al destinatario. Son más económicos por el ahorro de palabras).

Telefonemas Especiales

De madrugada.- Devengan la mitad de tasa de un telefonema ordinario y no se entregan hasta la primera hora del siguiente día.

Urgentes.- Mediante el pago de triple tasa se cursan y entregan con preferencia del resto del servicio.

Múltiples.- Se admiten para varios destinatarios de la misma población pero con el mismo texto y forma. Tienen una sobretasa adicional de pesetas 0,25 por cada destinatario o dirección adicional. En los telefonemas urgentes es de 0,75 pesetas.

Con respuesta pagada.- Cualquiera que envíe un telefonema puede pagar la respuesta por adelantado al entregar aquél en las Oficinas de la Compañía. No se fija la extensión ni la clase de la respuesta, pero el mínimo de palabras que se cobrará será de diez.

Con acuse de recibo.- Cuando el expedidor desee recibir información inmediata de la hora y persona a quién se entrega el telefonema, puede solicitarse así abonando otro telefonema en el que se le comunicarían estos detalles.

Con correo pagado.- Se admiten telefonemas para poblaciones sin servicio telefónico, que se cursan a la central más próxima al destino, y siguen de aquí por correo abonando el importe del franqueo.

Notas: 1.- En los telefonemas se computaran para la tasa todas las palabras escritas por el expedidor. El punto de destino se computará como una palabra.
2.- El expedidor deberá consignar en el telefonema la clasificación que desee, con arreglo a las clases especiales arriba indicadas.

Lógicamente, tanto para hacer llegar los telefonemas como los avisos de conferencia a los destinatarios sin teléfono, era preciso desplazarse hasta el domicilio de los mismos. Para esta labor, las compañías de teléfonos contrataban personal especifico para el puesto de Repartidor-Botones. Como ejemplo aqui reproducimos un contrato del año 1948, de uno de estos empleados en Bilbao. Las oficinas centrales de la compañia telefónica estaba en la antigua central de Bilbao/Buenos Aires.

Nombramiento de Repartidor-Botones de la CTNE en 1948. Cortesia de Mikel L. Villanueva.

Nombramiento de Repartidor-Botones de la CTNE en 1948. Cortesia de Mikel L. Villanueva.

Con el abandono de estos servicios, al aumentar la densidad de las líneas telefonicas, estos puestos fueron desapareciendo, reciclando al personal para otras labores.

Los telefonemas de las compañías telefónicas desaparecieron, pero no los telegramas (servicio de la administración de Correos y Telégrafos) que llegaron hasta nuestros dias (si bien se usan casi solamente para temas oficiales) y hasta hace unos años existió el servicio denominado «teleben», de telegramas por telefono, que permitia de manera similar, ordenar un telegrama por telefono que se entregaba de forma convencional al destinatario.

Como curiosidad final, decir que ahora se puede poner un telegrama igualmente por telefono u «on line» directamente en la web de Correos.

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Inquieto e interesado en casi todo...

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