La ilusión de cualquier niño durante sus correrías de una tarde de verano, inventando amigos y enemigos invisibles para los demás, es encontrarse con un tesoro que pueda alimentar su imaginación.
Eso le ocurrió a Jorge (llamémosle así) a finales de los ochenta cuando se encontró en una gravera del pueblo donde veraneaba, un objeto parecido a aquellos teléfonos antiguos que había visto en las películas. Pero éste… ¡era muy extraño! tenía dos cajas de madera unidas por una serie de tubos muy raros; la cosa esa que se ponía en la oreja, luego aprendería que se llamaba auricular, estaba unido a una de las dos cajas por un tubo de goma en vez de por cables, como él había visto otras veces. Aquel misterioso objeto era muy grande, y él no podía llevarlo solo. Tuvo que recurrir a la caballería, en forma de la Vespino de su hermano, para que le ayudara a transportar tan preciado objeto a su casa. Aquel tesoro que le hizo soñar más de una fantasía siguió acompañándolo hasta nuestros días y es un recuerdo permanente de aquella niñez desaparecida. Poco podía pensar aquel crío que, con su gesto, iba a conservar una parte de la historia.
Ya de mayor, aquel niño recurrió a nosotros para que le ayudáramos a despejar algunas dudas. ¿De qué época es? ¿Quién fue el fabricante? ¿Qué uso específico tenía? etc. Pudimos contestar más o menos a sus preguntas, pero surgieron muchas más.
Descripción del aparato
En el momento del hallazgo el teléfono ya estaba incompleto, a primera vista le faltaba el magneto, y posiblemente alguna pieza crítica más. Consta de dos cajas de madera de distinto tamaño, la superior [A] encima de la más pequeña [B] y con una serie de tubos [h 1 a 4] que unen los dos cuerpos. En el lado derecho (siempre visto de frente) del cuerpo inferior de encuentra una manivela [a] y un gancho fijo [b] en el que presumiblemente se colgaba un receptor que ya no existe. En el centro se observa una trompetilla [d] para conducir la voz, a través del tubo central [h3], hasta el cuerpo superior donde conecta con el micrófono. En el lado izquierdo tiene un gancho [c], en este caso móvil, donde se cuelga el único receptor [e] que conserva; el gancho se une a un conmutador situado en la caja superior mediante una varilla. El auricular es hueco y se conecta a la caja inferior mediante una manguera [f], los tubos [h2 y h4] a los que se une la manguera parece que están fabricados mediante varias capas de cartón impregnado con brea. Por el diseño, la batería y el timbre deberían ser exteriores, ya que tiene seis terminales de conexión: L1 y L2 para la línea, dos marcados W (wecker, timbre en alemán) y los dos últimos B, para la batería.
El usuario ha modificado el interior introduciendo un teléfono moderno. El magneto faltante estaba en la parte superior de la caja de arriba y se le transmitía el movimiento desde la manivela mediante una correa de cuero [g] que también sustituyó el usuario al estar la original rota, añadiendo una polea en el otro extremo para simular el funcionamiento del magneto. Una perilla [j] que cuelga de la caja superior completa el montaje; sospechamos que la función de dicha perilla era dar paso a la parte del circuito que hacía posible la llamada a través del magneto.
El interior del transmisor alberga una cápsula microfónica, bastante deteriorada, del tipo universal patentada por la casa alemana C. Lorenz para el Deutsche Reichspost en 1903 y que se instaló en muchos aparatos de otras marcas [1]. A diferencia de las originales, nuestra cápsula no tiene ninguna marca que la identifique.
Búsqueda de datos de modelos similares.
El propietario estaba interesado en descubrir el fabricante, modelo y año aproximado de construcción. Sospechaba que se trataba de un teléfono especial para minas y posiblemente de la casa alemana Telephon Apparat Fabrik E. Zwietusch & Co, ya que los aparatos que había visto tenían un auricular parecido. La configuración del teléfono no coincidía con los típicos teléfonos para minas, normalmente con cerramientos herméticos y en principio, no encontramos muchos datos sobre los modelos de la firma alemana por lo que optamos por seguir otra estrategia, identificar los modelos que tenían en común la unión del auricular al receptor por medio de un tubo acústico más o menos flexible. Con esta pista, fue posible encontrar una serie de aparatos con las mismas características y que describiremos en un artículo posterior.
De momento, tan solo diremos que las características del aparato, coincidían con otros modelos del primer cuarto del siglo pasado de batería local y destinados a instalaciones que eran susceptibles de tener contacto con líneas de alta tensión. Las escasas unidades de teléfonos similares que hemos encontrado, han sido en museos, y no siempre correctamente identificados. Por ejemplo, en el Museu Nacional de Ciència i Tecnologia de Catalunya (Mnactec), existen tres teléfonos que coinciden con estas características; nos consta que en el Museo Central Hidroeléctrica de Borlaque conserva al menos dos unidades del modelo de Ericsson AB 5000, el más conocido de estos aparatos.
Como la serendipia es nuestra cómplice nos topamos con que, sin darnos cuenta, ya habíamos hablado en este blog de estos teléfonos en el artículo dedicado al Museo de Canena, donde existe un ejemplar de un teléfono similar «modernizado» y que perteneció a la central hidroeléctrica del Vado de las Ollas del río Guadalimar, estando en servicio desde las décadas de 1910/20 hasta los años 60 del siglo pasado.
También hemos tenido la suerte de encontrar un catálogo de AEG- Thomson Houston Ibérica en el que se muestra un modelo similar.
Mónico Sánchez Moreno (1880-1961)
Al comunicar al propietario que el uso del teléfono correspondía a entornos en los que se debía proteger al usuario del aparato de posibles altas tensiones, nos hizo notar que Piedrabuena era la ciudad natal de Mónico Sánchez, conocido inventor de un aparato portátil de rayos X y que a partir de 1913 empezó a construir su Laboratorio Eléctrico Sánchez y la Central Eléctrica Sánchez, ésta última para dar electricidad al laboratorio y a todo el pueblo. Del complejo original, tan sólo se guarda un fragmento de la fachada de la central eléctrica y el local asociado a ésta. A finales de los años ochenta se demolió el laboratorio y la casa del guarda para construir un nuevo grupo escolar, este último dato, también coincide cronológicamente con el hallazgo.
Contrariamente a lo publicado en otros lugares, Mónico Sánchez no llevó la electricidad a Piedrabuena, pues ya en 1899 el ayuntamiento había concedido el alumbrado público a Jesús Alba Jiménez por un espacio de 10 años y seis meses [2]. La central constaba de un motor de 30 CV con corriente continua y 66 Kw de potencia. Al vencer ese contrato en 1910, se le adjudica la nueva concesión a Electro Molinera Panificadora con una concesión de 12 años y seis meses [3].
Por la prensa de entonces [4] sabemos que en abril de 1917 y coincidiendo con la llegada del teléfono a Piedrabuena, el laboratorio estaba ya casi acabado, pero estaba pendiente la instalación del generador. En 1920 Mónico Sánchez presenta un proyecto para la instalación de una red eléctrica para el alumbrado de Piedrabuena y una línea de alta tensión de transporte de energía hasta Alcolea de Calatrava, en julio del mismo año, se le otorga la concesión [5]. Es a partir de 1922 cuando Mónico Sánchez toma la concesión del alumbrado público de Piedrabuena. La central eléctrica constaba de un grupo térmico formado por un motor Diesel con una potencia de 80 CV que accionaba un alternador de corriente trifásica de 60 KVA [6].

Con el incremento del consumo eléctrico y el encarecimiento del combustible, en los años 30 del siglo pasado, se hizo inviable seguir dando servicio con un grupo térmico y se optó por comprar la energía a la fábrica de luz del salto del Martinete, en el río Guadiana.
Conclusiones
Se trata de un modelo muy raro de teléfono mural con protecciones especiales contra las altas tensiones con todas las partes eléctricas aisladas del usuario. Por su construcción puede ser datado en la segunda decena del siglo pasado y aunque no se ha podido determinar el fabricante, es muy probable que sea alemán, suministrado por AEG Thomson-Houston Ibérica.
El modelo es contemporáneo con la puesta en funcionamiento de la Central Eléctrica Sánchez en Piedrabuena, por lo que es plausible que el teléfono perteneciera a dicha instalación. El laboratorio fue vendido en 1958 y convertido en escuela y la central eléctrica, en los noventa, también pasaron a ser propiedad del ayuntamiento. El hallazgo del teléfono coincide con un periodo de construcción y remodelación del complejo en los años ochenta. Los únicos ejemplares que se han encontrado de modelos similares, ha sido en museos y relacionados con centrales eléctricas o sistemas ferroviarios. Dada la rareza del aparato, conviene sopesar una restauración cuidadosa del mismo, respetando las partes originales que aún conserva y que forme parte del futuro Museo de Mónico Sánchez que el ayuntamiento de Piedrabuena tiene previsto inaugurar en 2022.
No creemos que el teléfono se usara en las anteriores concesiones, primero, por la escasa entidad de éstas y segundo, hay que tener en cuenta los vínculos que tenía Mónico Sánchez con Alemania, ya que alguno de sus trabajadores especializados los tuvo que contratar en ese país, incluso tuvo como Ingeniero Jefe Técnico al alemán Carlos Wegner.
A las preguntas que nuestro Jorge nos hacía al principio, le podemos contestar, con todas las reservas de una investigación preliminar que:
El aparato se construyó en Alemania o bajo una patente alemana, se puede datar entre 1915 y 1925 y posiblemente formó parte del sistema de transporte de energía de la Central Eléctrica Sánchez.
Bibliografía
CARO, Francisco (2013): “Laboratorio Eléctrico Sánchez: Cien años de un edificio desaparecido” en Ferias y Fiestas 2013, Piedrabuena, Ayuntamiento de Piedrabuena, págs. 29-31.
CHOCANO MORENO, Julio (2016): “Valbuena, de molino harinero a fábrica de luz”, Actas II Congreso nacional Ciudad Real y su provincia, págs. 212-229. Ciudad Real.
ROZAS QUINTANILLA, Juan Pablo (2019): “El Laboratorio Eléctrico del ingeniero Mónico Sánchez”, Actas II Encuentro Europeo de Asociaciones de Patrimonio Industrial, págs. 85-94. Málaga.
[1] Ver catálogo C. Lorenz, Berlin So. 26 Telephonie, 1907; el Deutsche Reichspost era la autoridad postal alemana y la responsable del servicio telefónico.
[2] Electrón 30-3-1899
[3] Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real 10-11-1909
[4] El Pueblo Manchego 17-4-1917
[5] Boletín Oficial de la Provincia de Ciudad Real 23-1-1920
[6] La Energía Eléctrica 10-2-1930, pág. 10.
Bonita historia y excelente documentación.
Me alegro que te haya gustado, he puesto un comentario en tu blog acerca de la central automática que sustituyó a las telefonistas.
Trabajo interesante y concienzudo Emilio.
Saludos de Jose A. del Foro. Buen 2022
Gracias, José Antonio. Espero que a partir de esta contribución se pueda saber algo más.