Siguiendo con nuestra serie de entradas sobre el inicio del teléfono en diferentes localidades españolas os presentamos aquí la correspondiente a Alicante. Partimos del trabajo de investigación del historiador Gerardo Muñoz, publicado el 22 de septiembre de 2014 en el diario ”Información”, en su artículo “Llora el teléfono” de la serie Momentos de Alicante, y lo complementamos con datos adicionales sobre los primeros pasos del teléfono en la ciudad levantina y lo ilustramos con casi medio centenar de fotos que se conservan en el Archivo Histórico de la Fundación Telefónica.
La historia del teléfono en Alicante empezó, como en el resto de España, a ritmo lento por desconocimiento de la tecnología y la dificultad del acopio de los equipos y medios necesarios, así como por la falta inicial de regulación.
Como sabemos, unos pocos años después de la patente de Bell de 1876, una primera regularización del sistema telefónico público español se decretó el 16 de agosto de 1882 (1), siendo el Estado el titular del servicio, pero cediendo la explotación a las iniciativas privadas mediante concurso de concesión del mismo. A partir de aquí fueron surgiendo las primeras iniciativas telefónicas en el territorio español (2).


Así, al año siguiente, encontramos en la prensa alicantina una de las primeras noticias de “el invento” comentada en el diario “El Eco de la Provincia” del 12 de junio de 1883 (3), firmado por CGH con el título “El Teléfono”, en la que se compara con el veterano telégrafo que contaba ya con 40 años de servicio, y se comenta su expansión en los países más avanzados destacando la existencia de, al menos, tres mil teléfonos en uso en los Estados Unidos. Además, se describe el aparato, vaticinando que no estaba lejos el día que el uso del mismo fuese universal por tratarse de un aparato sencillo y barato.
Primeras líneas particulares
Pero no fue hasta el 9 de junio de 1884 cuando se tiene constancia de la instalación de la primera línea telefónica en Alicante, instalada entre el Gobierno Militar y el Civil, que con un coste de 827,25 pesetas de entonces corrió a cargo de la Diputación Provincial. Como en la mayoría de los casos, las primeras aplicaciones prácticas de la telefonía fueron estos circuitos privados “punto a punto” que permitían comunicar dos locales o domicilios de un mismo propietario, o como en este caso de diferentes establecimientos de la administración.
Otro caso posterior similar, en 1886, fue la línea solicitada por la sociedad francesa Deutsch y Cía. para conectar su refinería de petróleo, la llamada “La Británica”, existente entonces en la zona de la Cantera de Alicante, con el domicilio y oficinas de sus propietarios en la Calle de la Princesa nº4 (4).

La Central Urbana
Pero este tipo aplicaciones no resolvían la creciente necesidad de comunicación rápida entre los actores sociales, y así, en mayo de 1887 en el periódico “El Liberal” (5) podemos ver cómo se reclama la instalación urgente de una red telefónica urbana en Alicante para dar servicio tanto a los estamentos públicos como privados, citándose como candidatos prioritarios la Estación del Ferrocarril, la Delegación de Hacienda, Aduanas, Puerto y Fábrica de Tabacos y dejando constancia de la existencia hasta entonces sólo de unas pocas líneas privadas.
Y unos días después, el 18 de mayo de 1887 en el diario “La Unión Democrática” (6), se avanzaban las principales bases para montar una red telefónica en Alicante. Para su explotación se requería tener un mínimo de 50 abonados, y se animaba a los interesados a dirigirse a la Calle Virgen de Belén 6-8 en donde estaba la sede de la empresa del abogado y periodista Enrique María Ripoll y Monera (1854-?). Éste consiguió la concesión del servicio urbano de Alicante el 18 de junio de ese año, con un radio de 10 km, lo que le permitía llegar a San Vicente del Raspeig, San Juan y Muchamiel (también consiguió la del grupo Elche, posteriormente en 1904)(7). La cuota del servicio era de 20 pesetas para los particulares y 50 para las empresas, pagaderas por adelantado.
“Como ha dicho la prensa local, se trata de montar una “Red Telefónica” en Alicante.
(«La Unión Democrática» Alicante miércoles 18 de mayo de 1887 Nº 2544 pág. 3)
He aquí las principales bases y condiciones de suscripción:
1º Para poder llevar a la práctica el establecimiento de la Red Telefónica son indispensables, por lo menos, cincuenta abonados.
2ª Dicha Red, estará montada con arreglo al real decreto de 15 de junio de 1886, en el cual se exigen aparatos y materiales de los más perfeccionados.
3ª Los aparatos que cada abonado tendrá a su disposición para comunicar con los demás, según el antes citado real decreto, serán: un transmisor microfónico, sistema Ader; dos receptores sobrexcitado magnético de igual sistema; un timbre avisador; pilas y accesorios.
4º …
Y en septiembre del mismo año se anunciaban «clases gratuitas para mujeres» para instruirlas en el uso de los aparatos que se darian en la propia central. Entedemos que, de entre ellas, saldrían las primeras telefonistas de Alicante.
«Muy pronto se abrirán las clases gratuitas para mujeres en la central de teléfonos de Alicante; con objeto de enseñar la práctica de los aparatos a todas aquellas que lo soliciten.»
(«El Diario de Orihuela» de 12 de septiembre de 1887 pág. 1)
Finalmente el primer día del mes de diciembre de 1887 se puso en servicio la nueva central de Alicante.
Tres años después, en 1889, esta primera red telefónica y su concesión fue adquirida por la Sociedad García y Villar, formada por los alicantinos Ernesto Villar y Miralles (1849-1916), propietario, y su amigo el abogado José García Soler (1851-1910).
En 1900 la red urbana de Alicante contaba con 226 aparatos telefónicos que recaudaban 38.767 ptas. en ese año (8).
En 1907, la red telefónica urbana de Alicante figura en manos del Estado (y por tanto del Cuerpo de Telégrafos), probablemente revertida a la finalización de la concesión inicial de 1887, y se decreta la adjudicación en pública subasta al postor que mayor reducción de tarifas ofertase. Como veremos José García Soler consiguió renovar la concesión (9).
La Central Interurbana
La Compañía Peninsular de Teléfonos, fundada en 1894, era titular de la creciente red de enlaces interurbanos, de la que llegaría a conseguir, prácticamente, el monopolio de dichas comunicaciones en todo el país. A mediados de 1908 consiguió, entre otras, la asignación de la construcción y explotación de la red interurbana de la zona Sur, en donde se incluía Alicante (10), en dónde ya estaba establecida a final del año siguiente, en la Calle Mayor 35, intercalándose en la ruta Valencia-Játiva-Alcoy para prolongarse a continuación hacia Elche-Orihuela-Murcia-Cartagena (11). A partir de esta fecha ya fue posible establecer “conferencias» y enviar “telefonemas”, también llamados “partes telefónicos”, con otras poblaciones del país.
Además, la Compañía Peninsular fue expandiéndose, adquiriendo empresas urbanas existentes más pequeñas; entre ellas la creada por el Sr. Ripoll en Elche. Muchas de estas redes estaban en condiciones de abandono al estar próximo el vencimiento del periodo de concesión.
Como ejemplo de la influencia de la Compañía Peninsular, la operadora del servicio
interurbano solía solicitar la exención de los impuestos municipales. Así lo hizo tambine en Alicante en octubre de 1918 como quedó reflejado en la prensa (12).





























Crece el número de abonados
En 1921 en la provincia de Alicante ya se alcanzaron los 2.191 abonados, con una tasa de penetración de 4,1 abonados por cada 1.000 habitantes. En 1923 Alicante aparece en las estadísticas como la décima provincia con mayor número de abonados por 1000 habitantes (3,9), por encima de Valencia o Sevilla y por detrás de Guipúzcoa (con 17,8) Vizcaya, Barcelona, Madrid, Álava, Tarragona, Oviedo, Santander y Zaragoza (13).
Llega la Telefónica
Ya en 1924 se creó la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE), que consiguió mediante contrato con el Estado el monopolio telefónico. La nueva empresa fue asumiendo el control de casi todas las concesiones del servicio previamente existentes bien por adquisición o por incautación al finalizar la concesión. La ITT había adquirido previamente a la Compañía Peninsular de Teléfonos, que era la propietaria de la central interurbana de Alicante, integrándose formalmente en la CTNE en septiembre de 1924 con todas sus redes; sin embargo, la central urbana en manos del concesionario José García, no se integraría hasta 1928.
Según “El Financiero” del 10 de octubre de 1924, la concesión estaba asignada a José García Soler, que se la había adjudicado el 19 de febrero de 1908 y tenía vencimiento el 19 de febrero de 1928. Este dato coincide con las memorias de CTNE de los años 1926-1929 reflejados en la siguiente tabla, en la que incluimos otras localidades de la provincia:
Central | Procedencia | Fecha de Entrega | 1926 | 1927 | 1928 | 1929 |
Alcoy | Cía. Peninsular de Teléfonos | Septiembre de 1924 | 1079 | 219 | 319 | 436 |
Alicante | Cía. Peninsular y Concesión | Septiembre de 1924 y Febrero de 1928 | 1 | 1 | 584 | 537 |
Elche | Cía. Peninsular y Estado | Septiembre y Noviembre de 1924 | 199 | 174 | 175 | 214 |
Orihuela | Cía Peninsular de Teléfonos | Septiembre de 1924 | 323 | 269 | 161 | 178 |
Se puede observar que hasta el año 1928 la CTNE en Alicante sólo contabiliza un teléfono, que era el correspondiente a la Compañía Peninsular de Teléfonos, responsable del servicio Interurbano. La red urbana revertió directamente a la CTNE cuando venció la concesión de José García Soler.
En 1927 la CTNE monta un nuevo equipo en la central interurbana de Alicante, según leemos en el número del mes de mayo de la “Revista Telefónica Española” y el 19 de febrero de 1928, vemos en la misma revista (número del mes de julio de 1928) la noticia de que la central urbana de Alicante pasa por fin a ser “controlada” por la CTNE.
“La central de Alicante pasó a ser de la Compañía el 19 de febrero de este año con las subcontrates de Benalúa y San Juan. Tiene 11 cuadros Ader, 3 Christiania y 2 Chicago con 507 abonados”
(Revista Telefónica Española, julio de 1928 .”Nuevas incautaciones” pág. 28)
En 1928, en la misma publicación se informa del comienzo de los trabajos de proyección y presupuesto para una nueva central y su red urbana correspondiente en la capital alicantina. El local ya había sido adquirido a finales del año anterior. En septiembre del mismo año se informa de la reparación, por el Departamento de Construcciones de la CTNE, de los daños de un incendio en la “torrecilla” (el templete de distribución de las líneas aéreas) de la antigua central de Alicante, así como de la rehabilitación del centro y de su red.
Como dato de interés podemos reflejar los cómputos del tráfico telefónico según la Revista Telefónica Española que dan cuenta de la pujanza del servicio en la capital alicantina. Por ejemplo: los medidos el 28 de diciembre de 1928 en Alicante, que con 439 abonados realizaron 5.692 llamadas ese día (12,73 por abonado); o el dato del 24 de enero de 1929, con 442 abonados el número de llamadas ascendió a 4.797 llamadas (10,85 por abonado), ambas las más altas de las medidas en su Distrito telefónico (el Primero, que no incluía Madrid capital) en esas fechas.
A pesar de lo anterior, la modernización de Alicante por parte de la nueva Compañía Telefónica, se retrasó en relación con otras capitales de igual o menor importancia, debido a no estar incluida entre las prioridades marcadas en el Contrato con el Estado que fijaba unos plazos de obligado cumplimiento para una relación de poblaciones entre las que no figuraba la capital alicantina.



















Las obras del automático
El 14 de diciembre de 1929 el Secretario General de la CTNE solicitó del Ayuntamiento de Alicante permiso para comenzar las obras para un nuevo edificio de tres plantas en una solar de 332 metros cuadrados en la Avenida Ruíz Zorrilla número 10 (la actual Avenida de la Constitución), en donde se alojarían oficinas y una nueva central automática, según el proyecto que, como comentamos arriba se inició el año anterior. Las obras se autorizaron el 2 de enero del año siguiente.
El 23 de abril de 1930 el Alcalde recibe un nuevo escrito de la CTNE solicitando permiso para realizar la canalización subterránea de la red del cableado telefónico con grandes conducciones desde la central hasta las distintas zonas y barrios de la capital, eliminando la antigua distribución aérea de cables de cáñamo y grandes ramales de hilo desnudo apoyados sobre los tejados. La nueva distribución se completaría con pequeños cables y acometidas por las fachadas de los edificios o sobre postes en los barrios apartados y donde la edificación no es continua.
A partir de mayo, el Ayuntamiento y la CTNE negocian las condiciones de las obras, queriendo imponer el primero una serie de condiciones que dificultaron las negociaciones. Las discrepancias siguieron durante varios meses; como dato curioso, en agosto de ése mismo año, el Alcalde prohibió la instalación de postes en la Avda. Maisonnave para un cruce cuyo cable se apoyaba por un lado en la casa de su propiedad y por otro en la casa que pertenecía al Secretario del Ayuntamiento. Las protestas continuaron por tener la Compañía las calles intransitables durante las obras de canalización, según publicaba el 19 de agosto el diario “El Tiempo” denunciando aquella situación que el periódico consideraba “atropellos”.
También hubo protestas por el aspecto antiestético que ofrecía la fachada del nuevo edificio en construcción, del arquitecto Ignacio de Cárdenas Pastor, el mismo del edificio central de la Gran Vía madrileña. No obstante, la polémica (en parte provocada por la servidumbre de paso por la instalación de los cables) concluyó con la ausencia de reclamaciones al edicto publicado a finales de año por el Gobernador Civil.
La central automática
La reconciliación se formalizó el 27 de marzo de 1931 cuando una delegación de la CTNE invitó a un nutrido número de periodistas a visitar la antigua central existente en el Paseo de los Mártires, desplazándose después a visitar la nueva central automática y terminando la visita con una cena en el Hotel Palace.
Como ejemplo, en el diario “El Luchador” del 27 de marzo de 1931 (14) se describe una completa comparación entre el funcionamiento de la antigua central manual y de la nueva central automática del sistema Rotary 7B, destacando el “esmerado y espléndido servicio” del posterior convite. Como curiosidad encontramos, en la relación de los responsables de la Compañía asistentes a la inauguración, a Demetrio Mestre, Jefe de Conservación del Primer Distrito de la Compañía que incluía Alicante, el mismo que unos años después, tras pasar por el puesto de Delegado en Canarias, ascendiese a los más altos puestos de dirección de la CTNE durante la Guerra Civil.
El día siguiente, a las cinco y media de la tarde, se puso en marcha oficialmente la central automática con 1.500 nuevas líneas instaladas, ampliable hasta un total de 4.000. Simultáneamente entraron en servicio ocho nuevos locutorios distribuidos por toda la ciudad de Alicante, uno de ellos en la Avenida Méndez Núñez y el resto por los barrio extremos.
La nueva central automática del sistema rotatorio 7B, fabricada por Standard Eléctrica, contaba con 150 buscadores primeros, 75 circuitos de conexión, 80 selectores segundos, 120 selectores finales, 16 registradores y diversos circuitos misceláneos, como falsas llamadas, niveles muertos, líneas muertas, etc.
Con esta nueva central, a final de 1931, Alicante alcanzaba las 1.381 líneas automáticas en servicio. En esa misma fecha la lista de centros automáticos de la CTNE era de 31, con un total de 157.468 líneas en servicio.
Notas:
- Boletín del Estado publicado el 18 de agosto de 1882
- Calvo Calvo, A. (1998), “El teléfono en España antes de Telefónica (1877-1924)”, Revista de Historia Industrial, 13, pp. 59-81.
- “El Eco de la Provincia” del 12 de junio de 1883
- “El Constitucional” del 13 de abril de 1886 y “El Graduador” del 22 de julio de 1886
- “El Liberal” 12 de mayo de 1887
- “La Unión Democrática” 18 de mayo de 1887
- Ripoll repitió en el negocio telefónico años después. En 1904 consigue concesión de Grupo telefónico de Elche, Novelda, Monóvar, Aspe, Crevillente, Pinoso y Elda, habiéndose autorizado la ampliación a 15 km de radio del grupo. Y con la idea de conectarse posteriormente con línea interurbana con la de Alicante. Publicado en “La Voz de Alicante” el 30 de junio de 1904.
- Calvo Calvo, A (2007) “Infraestructuras Urbanas de la Segunda Revolución Tecnológica. La Difusión del Teléfono en las Ciudades Españolas, 1877-1930” Cuadro 2. Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales Scripta Nova, Vol. XI, núm. 238, 1 de mayo de 2007.
- Pérez Yuste, A (2004) «La Compañía Telefónica Nacional de España en la dictadura de Primo de Rivera 1923-1930», pág. 20.
- «La Correspondencia de Alicante» del 10 de junio de 1908.
- «Heraldo de Alicante» del 16 de diciembre de 1909
- «La Provincia» del 19 de octubre de 1918
- Gutiérrez Alonso, J. (1997) «Integración de las Redes Telefónicas en la CTNE», pág. 197.
- “El Luchador” del 27 de marzo de 1931
Apéndice: Personajes pioneros de la telefonía en Alicante:
Enrique María Ripoll y Monera (1854-?) Abogado y periodista. Doctor en derecho civil y canónico, licenciado en Administración y asesor de Marina en provincias, profesor de la Academia Politécnica en 1900 (*). Consiguió la primera concesión de prestación del servicio urbano en Alicante en 1887 que vendió en 1889 a la sociedad García y Villar. En 1904 consiguió también la del Grupo telefónico de Elche. Como buen emprendedor también se postuló en la instalación de los primeros alumbrados eléctricos urbanos de Alicante en 1888.
Ernesto Villar y Miralles (Alicante 1849 – Novelda 1916), Músico, funcionario y político. Pericial de Aduanas y profesor de la Normal de Maestros de Alicante, profesor de la Academia Politécnica en 1900 (*). Titular de la concesión de la central urbana de Alicante desde 1889 a 1907 en asociación con José García en «García y Villar».
José García Soler (Aspe 1851 – 1910) Abogado, escritor y bibliófilo (**), titular de las concesiones del servicio urbano de Alicante, primero desde 1889 hasta 1907 junto con Ernesto Villar y luego hasta 1928.
(*) “El Campeón del Magisterio” Alicante 20 de julio de 1900
(**) «Noticia de una biblioteca particular del siglo XIX : la del abogado alicantino José García Soler (1851-1910)» Por Cecilio Alonso UNED, Centro Francisco Tomás y Valiente, Alzira-Valencia
Y desde 1.931 hasta hoy qué, pues tendremos que continuar recordando nuestra historia unos de una forma y otros de otra. El articulo no tiene desperdicio está colocado en su sitio y un desarrollo impecable. Gerardo Muñoz y Jose Ramón GRACIAS y hasta pronto, Paco
Muy buena entrada. Muy interesantes los datos y el material gráfico. Felicitaciones a los autores
Muchas gracias Armando.
Es nuestra intención ir poco a poco publicandop pequeñas piezas de la historia local del teléfono en casa provincia.
Como bien sabes tienes este blog a tu disposición para publicar o dar a conocer tus estupendos trabajos de investigación.
Saludos cordiales.