Por Jose María Romeo
Una experiencia singular y poco conocida es la que venimos a contar en estas líneas, de nuevo de la mano de Jose María. En este caso recordando una de las experiencias profesionales de su padre José Romeo Latorre (*) en Radiar.
Si nos contaran la historia de las primeras emisiones radiofónicas o televisivas de los grandes campeonatos futbolísticos, con seguridad que no nos llamaría tanto la atención, como este caso desconocido para la mayoría. Y es que, el que se hubiese experimentado también la telegrafía sin hilos, la radiotelegrafía, no sólo para difundir al público un torneo de ajedrez, sino yendo más allá, para permitir la propia realización práctica del encuentro deportivo, como en esta ocasión, es sin duda un hecho singular.

Anuncio «via Radiar» inserto en revista del año 1952
En aquél año de 1946 yo tenia 14 años. Radiar (Sociedad Anónima Radio Argentina), empresa en la que trabajaba mi padre, José Romeo Latorre, explotaba con gran éxito las transmisiones radiotelegráficas entre España y Argentina y las comunicaciones marítimas (vía Radiar), como atestigua la propaganda que podemos encontrar en la prensa de la época.
En uno de aquellos días acompañé a mi padre a comprar un grupo electrógeno (que eran elementos de difícil adquisición por las restricciones comerciales del momento) en Betanzos (La Coruña), no recuerdo la potencia; pero era de dos cilindros y al pararse parra arrancar de nuevo había que cargar de aire a presión en uno de ellos para poder arrancar. Recuerdo que estaban vacíos y recurrieron a una botella de las de CO2 de los bares para los barriles de la cerveza (años después en la estación trasmisora de Vallecas, una noche pasó lo mismo, y con la ayuda de Paco, uno de los operadores, que puso el “volante” en su punto exacto, logramos arrancarlo con el compresor del garaje de Transradio). Volviendo a Betanzos, acompañe a mi padre a la estación de tren, para facturarlo en un vagón de mercancías a Madrid. Al despedirse del Jefe de Estación, mi padre le dio «veinte duros» de propina para que lo “enganchase” pronto, y el jefe dijo “hombre si me hubiera dicho que tenía prisa lo había facturado como un cadáver y iba con ustedes enganchado en el vagón-correo».
Pero, anécdotas aparte, de aquél año destaca en mis recuerdos, como un importante acontecimiento profesional en el que mi padre tuvo responsabilidad directa, la realización del Encuentro de Ajedrez Radiotelegrafiado celebrado el 12 de octubre entre Argentina y España (justamente ese año fue nombrado Jefe Técnico de la compañía, en la que ingresó en 1930, habiendo sido previamente operador en las estaciones madrileñas de Onda Corta, receptoras de Majadahonda y transmisora de Vallecas y jefe en ésta última).
No son muchas las referencias del evento que podemos encontrar, aparte de alguna web argentina y un par de libros.

«Encuentro Radiotelegráfico de Ajedrez Argentina España 12 octubre de 1946»
El origen, problemática, preparación desarrollo y ejecución del torneo podemos leerlo con la visión del momento en el libro redactado en el mismo año por la Editorial Ajedrez Español, SA, «Encuentro Radiotelegráfico de Ajedrez Argentina España 12 octubre de 1946» del que podemos leer algunas de sus páginas aquí.
Si, además se quiere tener una visión más actual de lo que supuso aquél evento, en sus dimensiones no sólo «deportivas» podemos leer a Juan Sebastían Morgado en su libro «Luces y Sombras del Ajedrez Argentino», Capitulo II -El Pacto Perón-Franco y el Ajedrez, Contexto ajedrecístico, páginas 45 a 82, editado en 2014 por Editorial Dunken de Buenos Aires. Disponible aquí.
De manera resumida comentaremos lo más relevante del evento, destacando los aspectos mas relacionados con la organización de las cruciales telecomunicaciones.
En un ambiente de dificultades propias de la postguerra mundial, en las que los medios de transporte estaban aún seriamente afectados, los desplazamientos para una competición deportiva eran, en 1946, aún desaconsejables.
Por otra parte la consideración internacional del régimen español, vista con recelo por una mayoría de países tras su posicionamiento en el recién terminado conflicto mundial, limitaba también las posibilidades de participación en los posibles torneos, también en en el ajedreez que permanecía en suspenso (el último Campeonato Mundial de Ajedrez se había celebrado en 1937 en Países Bajos y no se volvería a celebrar otro hasta 1948 en La Haya y Moscú).
Al margen de otras experiencias menores previas, el año anterior, del 1 al 4 de septiembre de 1945, apenas unos meses de finalizada la Segunda Guerra Mundial, se había celebrado el histórico primer radio-macht de ajedrez entre Estados Unidos y la URSS (siendo ésta la primera competición deportiva internacional registrada de éste último país) con gran éxito de propaganda y audición.
Así las cosas, en el seno de la revista «Ajedrez Español» surgió la posibilidad de celebrar también «vía radio» un encuentro con Argentina, tal y como se nos cuenta con todo detalle en el libro ya citado, editado a su conclusión: «Encuentro Radiotelegráfico de Ajedrez Argentina España 12 octubre de 1946».
La idea fue rápidamente aceptada por la Federación Española de Ajedrez y la Delegación Nacional de Deportes del momento y su gestión puesta en marcha. Contactada la Federación Argentina, se aceptó con entusiasmo celebrar por radiotelefonía un encuentro entre los, inicialmente, veinte primeros tableros de ambos países el 12 de octubre de 1946.
Evidentemente la noticia, por su significado, fue igualmente recibida con entusiasmo en los medios y sociedades ajedrecísticas españolas por que significaba «tanto como dar un aldabonazo en la puerta del ajedrez mundial».
Pero centrémonos en las dificultades económicas y técnicas que hubo que sortear para disponer de los medios radiotelefónicos. El presupuesto inicialmente estimado alcanzaba una cifra próxima a lo que hubiera supuesto el desplazamiento de ida y vuelta a Buenos Aires, unas 130.000 pesetas de entonces.
Iniciadas las gestiones en agosto con Radio Nacional, ésta no puso mayores problemas para hacerse cargo de la transmisión/recepción en Madrid a/desde Buenos Aires radiando en «onda extracorta». Sin embargo del lado argentino el Director de Radiodifusión manifestó la carencia de equipos con la suficiente potencia para la transmisión y serias dificultades en su recepción.
Ante lo anterior, se contactó con la Compañía Telefónica para evaluar la posible emisión y recepción de los mensajes como si se trataran de simples conferencias telefónicas, aunque naturalmente la vía fuese la radio, pero la aplicación de las elevadas tarifas en vigor y el desconocimiento de la duración total del encuentro para el que no había experiencia previa lo hacía completamente prohibitivo en costes.
Pasaba el tiempo sin encontrar alternativa y ya a 23 de setiembre, se optó por el servicio telefónico, pese a que suponía un verdadero compromiso económico, apenas reducido por alguna subvención concedida por el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Mientras tanto en el lado argentino, se habían entablado conversaciones con la Compañía Radiotelegráfica «Vía Radiar» encargándole la transmisión desde allí. Cruzándose extensos telegramas, precisamente por esa misma vía se consolidó el acuerdo, asumiendo el riesgo económico desconocido entonces, para que también dicha empresa se encargase de la transmisión desde España y fijándose la fecha del 29 de septiembre para la realización de un ensayo.

Anuncio en ABC de 11 de octrubre 1946
Radiar montó un servicio de enlace en la sede de la Federación Española de Ajedrez asignando un «técnico transmisor» para realizar y recibir a través del teléfono los radiotelegramas. De esta manera se depuró el procedimiento de comunicación a emplear optimizándose los tiempos y reduciéndose los errores.
Se preparó el escenario adecuando a la idiosincrasia nacional las características de la experiencia americana. Se instalaron teletipos silenciosos al lado de los tableros de juego y a la vista del público, para que éste tuviera visión directa de la realidad del espectáculo. Con Telefónica se ultimó el plan de transmisión de los discursos oficiales que se celebrasen y Standard Eléctrica instaló micrófonos y altavoces. Por su lado la Prensa y la Radio divulgaron convenientemente el acontecimiento deportivo destacando su singularidad.
De entre las palabras de los discursos de inauguración cruzados por los presidentes de ambas federaciones, en presencia del Presidente Perón en los locales del Automóvil Club Argentino en el que se celebró el acto (Franco que al parecer tenía previsto asistir, en la sede madrileña, finalmente no lo hizo), destacamos como muestra, la que sigue del Marqués de Monte-Corto, presidente de la Federación Española pronunciadas en el Frontón Fiesta Alegre (propiedad entonces del Real Madrid) claramente influida por la celebración del día.
«Separados por el océano que surcaron inmortales navegantes descubridores del nuevo continente… argentinos y españoles… su aliento .. y el discurrir de sus cerebros van a ser transmitidos en actos isócronos que tienen por escenarios Madrid y Buenos Aires, sirviéndose de los grandes adelantos de la Ciencia, es decir las ondas radioeléctricas. España y Argentina implantamos hoy la novedad de aplicar al ajedrez los modernos sistemas radiofónicos y telegráficos con sus notables avances.»
El desarrollo del encuentro fue ampliamente recogido en los medios y podemos leer sobre sus detalles en la hemeroteca, como por ejemplo en ABC del día siguiente, y en otros.

Recorte de prensa del día siguiente
¡Y cómo no!, en el NODO del mes de noviembre de aquél año, en dónde quedó brevemente reseñado el encuentro que podemos ver gracias a los archivos de la Filmoteca Nacional accesibles vía la web de RTVE.
Comentar finalmente, que unos días después (el 30 de octubre de 1946) se firmó el importante Convenio Comercial y de Pagos entre España y Argentina, lo que permitió asegurar el abastecimiento de cereales a España durante los años 1947-51 y vino a mejorar las condiciones de escasez del momento.
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(*) José Romeo Latorre (Cortes de Navarra, marzo 1902 – Madrid, abril 1962). Padre del autor. Funcionario del Cuerpo de Telégrafos, al que ingresó como Oficial, en 1918, con 16 años de edad y que obtuvo uno de los primeros títulos de Radiotelegrafista. En 1930 entró como tal en la Sociedad Anónima Radio Argentina, primero como operador de tráfico y pronto como operador de la Receptora de Majadahonda y de la Transmisora de Vallecas. En 1939 ocupó el puesto de Jefe de esta última estación; entonces inicié yo el contacto con la Radio, acompañándole en algunas ocasiones y teniendo noticia de la problemática de las averías y de las dificultades de repuestos en aquellos tiempos difíciles. En 1946 se le nombró Jefe Técnico de la compañía y, al pasar ésta al INI en 1953 como Compañía Internacional de Radio Española, se ampliaron sus responsabilidades como Director Técnico y de Tráfico.
Es interesante recordar la situación internacional de España en 1946 que queda condensada en el artículo de la Wikipedia: «Cuestión española (Naciones Unidas)»
https://es.wikipedia.org/wiki/Cuesti%C3%B3n_espa%C3%B1ola_(Naciones_Unidas).
La diplomacia del ajedrez es previa a la del ping pong, qué cosas.
¡Totalmente de acuerdo contigo Juan Pablo!
Curiosidades tiene la historia que se desconocen o se olvidan demasiado pronto. Gracias por el comentario, el enlace y por leernos.
Saludos