Por José María Romeo López
Hace tiempo que en el mundo de la diplomacia se acuñó el concepto de «antena diplomática», un formato económico para extender la representación de los estados en lugares remotos. En este nuevo relato, el séptimo y colofón del anterior, José María nos cuenta unos hechos sobre las primeras medidas tomadas para actualizar la comunicación con las embajadas, eso si con antenas físicas reales, entre las embajadas españolas a mediados del pasado siglo.
Al principio de los años sesenta del siglo XX, en el entonces Ministerio de Información y Turismo, se dieron cuenta de que cuando en las primeras ediciones de los periódicos y de las emisoras de radio de los países correspondientes, cuando se publicaba alguna noticia sobre España, el Embajador y el Agregado de Prensa de nuestra embajada en ellos destacados, no sabían si era cierta o no, para poder redactar en su caso una nota de prensa en consistencia. Para evitarlo decidieron instalar, en nuestras embajadas europeas, un Receptor de Onda Corta y un Teletipo, atendido por la Secretaría del Agregado de Prensa, para recibir a primera hora de cada mañana, un resumen de prensa enviado por el Ministerio desde Madrid.
No recuerdo ya bien, porque yo estaba ocupado con mis cosas; pero creo que de la compra e instalación local de los equipos de radio se ocupó directamente el mismo Ministerio. Entel transmitía el «Resumen diario», desde la Emisora de Aranjuez, enviado por el Ministerio a través de la oficina central de Ríos Rosas.

Instalaciones y antenas Costera de Aranjuez. (Las Telecomunicaciones en España. Bahamonde y otros 2002)
De alguna manera nosotros, desde Entel, asesoramos en la instalación de las antenas y los teletipos; pero después era la Secretaría la que se ocupaba de la sintonía y el ajuste del receptor. Para tener cierta supervisión y asesorar a los encargados, nuestra Dirección decidió que cada vez que viajáramos uno de nosotros a un país, nos pasásemos por la Embajada para hacer la revisión y el asesoramiento.
Yo me ocupé de visitar las instalaciones de Paris y Londres.

Situación y edificio de la Embajada de España en París
En Paris hubo un cierto problema porque el edificio de la Embajada era de construcción “a la Mansard” que dicen los franceses y con “mansarda” que decimos nosotros, es decir varias “buhardillas” superpuestas, por lo que el mástil de la antena tenía que atravesarlas para poder anclarlo en la última planta de mampostería. Las antenas eran curiosas, en realidad eran tres dipolos, dos horizontales en cruz y uno vertical, el receptor elegía la mejor señal de las tres. La embajada estaba en la Avenue Marceau 22, 75008 Paris.

Situación y edificio de la Embajada de España en Londres
En Londres no hubo problemas, lo único curioso fue que la Embajada está en 39 Chesham Pl, Belgravia, London SW1X 8SB, el barrio de Belgravia es muy distinguido y está ocupado por muchas embajadas, que también usaban estaciones de radio, entre ellas la de Hungría, con la que España no tenía relaciones entonces, y que emitía desde allí a la misma hora que nosotros recibíamos, sin embargo, llegaron a un acuerdo para cambiar la hora de la emisión, evitándose las interferencias
Lo que voy a contar a continuación es realmente el final de la aventura de los Transmisores de “segunda mano” (o la historia del Sr. Bloch). El viaje de vuelta desde Nueva York lo organicé para pasar por Londres y Paris, avisé a Madrid para que estuvieran radiando durante todo el día en dos frecuencias y a las Secretarías de Prensa, de las embajadas de Londres y Paris, de que pasaría por allí. Era invierno y de los duros en Nueva York, salí por la noche con escala en Montreal, el aterrizaje en este aeropuerto, fue espectacular, habían retirado la nieve de las pistas amontonándola en los laterales y tenían las balizas de las pistas encima de los montones. Me preocupé porque advirtieron mucho que no se llevaran líquidos inflamables, yo había comprado un avión de aeromodelismo con motor de gasolina y un bote de dicho combustible, que llevaba facturado, dudaba si decirlo y no recuerdo que hice.
Al llegar a Londres fui a la Embajada, sintonicé las dos frecuencias y se recibían bien; pero al pasar la señal al teletipo, estaba invertida una con respecto a la otra. Por el Télex de la Embajada llamé a Madrid y “hablé” con Lázaro, el segundo de mi padre y que me había acogido estupendamente, se lo dije e imaginé -como si lo estuviera viendo lo que pensó- “ya está el niño incordiando”; me dijo “¡mandámos una sola señal a Aranjuez, así que no pueden llegar distintas!”, le dije “¡pues harán algo en Aranjuez, dile a Puerta que lo mire, estoy seguro!”. Así quedó la cosa y me fui al aeropuerto para tomar otro avión hacia Paris, cuando llegué a la Embajada parisina, probé y ya estaban las dos frecuencias con las señales bien. Otra vez comunicando vía el télex de la Embajada, Lázaro me dijo que efectivamente en Aranjuez, al llevar la señal a cada uno de los dos transmisores, se les había invertido en uno de ellos. Resuelto el asunto, salí corriendo para llegar al avión de vuelta hacia Madrid.
Al escribir esto ahora, pasados los años, se me ocurre que podían haber enviado los resúmenes de prensa por la red Télex ya en servicio, pero o no lo tenían disponible en todas las Embajadas o el Télex lo pagaba el Ministerio de Asuntos Exteriores y sin embargo la prensa era un asunto dependiente del Ministerio de Información y Turismo; es una curiosidad que los historiadores de la administración del estado nos podrían aclarar.
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