Por Jose María Romeo López
Ya hemos repetido en otras ocasiones el valor que le damos a la “intrahistoria”, la que, entre otros aspectos, recoge los testimonios de los personajes que hicieron posible los acontecimientos históricos a los que se dedica la «Historiografía», es decir los que son “Historia”.
Sin duda, Jose María Romeo, que ya ha colaborado en varias ocasiones en este blog, es uno de los protagonistas fundamentales de la historia reciente de las telecomunicaciones, no solo en España. Aquí tenemos de nuevo la oportunidad de conocer, de su propia mano, una recopilación de sus recuerdos en algunas de las muchas experiencias profesionales que vivió en primera persona.
San Lorenzo, Maspalomas y el Proyecto Mercury
Tras la guerra civil española y la mundial, el servicio radiotelegráfico en España continuó su lento decaer hasta los años 60. Precisamente en el primer año de esa década, cuando se cerraban casi todas las estaciones radiotelegráficas, en la estación de San Lorenzo (Gran Canaria) se ampliaban las instalaciones para prestar el servicio de enlace con la nueva estación de seguimiento de Maspalomas, que participaba en el control del Proyecto Mercury de la NASA (National Aeronautics and Space Administration). Mercury fue el nombre del programa puesto en marcha por la NASA, creada en 1958, como respuesta al lanzamiento del Sputnik 1, el primer satélite soviético. El proyecto Mercury lanzó seis misiones al espacio entre 1959 y 1963, entre ellas la primera tripulada por un americano.
La estación de San Lorenzo “Las Palmas Transradio EAK” se inauguró en noviembre de 1930 en el entonces municipio independiente de San Lorenzo (ahora el barrio de Las Torres en Las Palmas de Gran Canaria). Estaba diseñada para operar en frecuencias superiores a tres megahercios (entonces se denominaba onda ultracorta), disponía de antenas más pequeñas -y por tanto instalaciones más reducidas y económicas- que las anteriores. Esta estación mejoró considerablemente la comunicación directa con África y Sudamérica. Tenía una capacidad de hasta ciento cincuenta palabras por minuto y empleaba el sistema de transmisión de onda continua interrumpida.
La estación de seguimiento de Maspalomas fue inicialmente ubicada, en 1960, en los terrenos existentes en el margen derecho de la carretera del Faro de Maspalomas a un kilometro escaso del mismo. Construida dicha estación para participar en los primeros proyectos de la NASA (Mercury y Gemini), fue posteriormente trasladada a su actual emplazamiento en 1968.
Recordando…
Precisamente en el emplazamiento de San Lorenzo dirigí, en 1960, una importante instalación relacionada con el ambicioso Proyecto Mercury de la NASA, primera experiencia occidental de poner en órbita cápsulas tripuladas por astronautas. Para el seguimiento del vehículo espacial, se establecieron una serie de estaciones terrenas, una de las cuales se encontraba en un barco en el centro del Océano Atlántico y otra en Maspalomas en la isla de Gran Canaria. En esta isla, en las instalaciones de Transradio Española en Las Palmas, instalamos estaciones receptoras y transmisoras de Onda Corta, que enlazaban las estaciones terrenas del barco y de Maspalomas con Londres, desde donde las señales seguían al Centro de Control de la NASA en los Estados Unidos a través del primer cable submarino coaxial de 32 canales. En esa instalación se empleaba técnica de Banda Lateral Independiente y por limitaciones de espacio se utilizaron las primeras antenas directivas logarítmicas periódicas.
En aquel momento todavía no se habían fusionado Transradio y CIRESA (Compañía Internacional de Radio Española S,A.), a la que yo pertenecía; pero el Director General era común a las dos y decidió que me encargara del proyecto con el argumento de que en Transradio no tenían equipos de Banda Lateral y nosotros sí. Los tres ingenieros que entonces tenía Transradio, quedaron muy satisfechos con aquella decisión, ya que daban clases en la Academia Dobao de Madrid, y de esta manera no interrumpían su pluriempleo, algo muy característico de esos años.
Viaje a Las Palmas
A finales de julio de 1960 llegué a Las Palmas en viaje directo en un avión Super Constellation. En aquella época empezaba a aparecer discretamente el turismo en la isla. Me alojé en el hotel “Residencia Pinito del Oro”, en la Playa de las Canteras, entonces todavía con sus casas terreras, en una de las cuales vivía Juan Gámez el Delegado de Transradio en las Palmas, un magnifico profesional que me acogió magníficamente, llegando a ser grandes amigos. En este aspecto, es importante decir que yo tenía entonces 28 años y había acabado en mayo las prácticas de alférez de la Milicia Universitaria.
Transradio no tenía entonces coches de servicio y utilizábamos el taxi de Montes de Oca, con Gámez empecé a ver las instalaciones y a hablar con los técnicos de Transradio, así me fui enterando de qué se trataba ya que no tenían ningún plan de proyecto e iban realizando trabajos, durante las horas de servicio, siguiendo las instrucciones que les había dado Luis Cáceres, el Director Técnico.
La instalación
El compromiso consistía en la instalación de cuatro transmisores de 10 KW, cuatro receptores doble diversity y dos antenas logarítmico periódicas. La intención era que la instalación se realizara por el propio personal de la empresa, con ayudas puntuales de obra civil. Habían llegado los transmisores y estaban montados pero sin instalar, las antenas llegaron “en piezas” a los pocos días, y también llegaron bien a pesar del “casero” embalaje, cuatro receptores viejos procedentes de Alcobendas, para los que se necesitaban adaptadores aún pendientes de recibirse.
Mi primer comentario a Gámez, fue que había que realizar trabajos fuera de las horas de servicio de forma coordinada y con grupos de trabajo, con las horas extraordinarias que fuera necesario. Y ahí apareció el primer problema ya que el personal tenía pluriempleo acoplado con sus horarios a turno en Transradio. Gámez que ya lo estaba pensando, para no perder más tiempo, me propuso ir con el taxi a los lugares de trabajo de algunos de los empleados, especialmente los mecánicos, y recogerlos sobre la marcha. Recuerdo que el primero, que era un mecánico de cierta edad muy robusto, le encontramos en una obra levantando a pulso bloques de hormigón desde el suelo a los andamios, y se subió rápido al taxi.
Para preparar los apoyos y anclajes de las antenas se contrató la mano de obra a una empresa de obra civil, que empezó a hacer los hoyos para construir las zapatas de hormigón para los anclajes de las riostras.
Mi asombro fue que el terreno era un pedregal, habitual en Canarias, y que para hacer el vaciado empleaban directamente la espuerta sin necesidad de pala. Una noche me desperté pensando en ello y en que el coeficiente de adherencia previsto para calcular la zapata, no iba a ser suficiente. Me levanté, cogí la regla de cálculo y diseñe una zapata que por peso, sin adherencia, soportara el esfuerzo. Para montar las antenas llegaron tres mecánicos de la Emisora de Transradio en Aranjuez expertos en dicha tarea.
Mi plan de vida consistía en dedicar todo el día al trabajo, el taxi de Montes de Oca me recogía en la Residencia y me subía a San Lorenzo. A mediodía desde un restaurante de la carretera o calle de Guanarteme, un camarero entregaba al conductor de la guagua una cesta con la comida, que recogía un mecánico de mi equipo en la parada cercana a San Lorenzo, allí trataban de hacerme degustar las especialidades de la Isla. Por la noche el taxi me recogía a mi y a la cesta, y me iba a cenar al restaurante El Guanche en el Parque de Santa Catalina, en el que había un curioso ambiente, con tripulantes de barco, trabajadores de descanso de las minas de fosfatos de Bucraa en el Sahara y unos pocos y contados turistas.
Por fin, se recibieron los cuatro adaptadores de banda lateral de última generación, para acoplar a los receptores de Alcobendas. Las características de ambos eran totalmente distintas, no eran adecuados los unos para los otros. En mi situación no era cuestión de plantear que no servían y que había que comprar unos receptores de banda lateral, además no había tiempo para realizar la compra y disponer de los equipos, así que cogí el soldador y decidí modificar los de Alcobendas para poder acoplarlos de alguna manera. El problema era que al adaptador había que entregarle la frecuencia ya sintonizada y esto no podía hacerse en el de Alcobendas porque no se tenía referencia. Hice alguna modificación utilizando los aparatos de medida de la doble diversidad de estos para sintonizar «a máximo», como en un transmisor, por tanto, había que sintonizar en dos pasos y no era sencillo, pero funcionaba muy bien.
La adquisición de algunos componentes se agilizaba gracias a la intervención del hijo de uno de los mecánicos que realizaba ciertos “trapicheos”, me contaron que, cuando estaba en la mili, en una ocasión le avisaron de un envío y estuvo de uniforme descargando la “mercancía”.
Válvulas y tormenta solar
El trabajo era absorbente, con algún incidente con cierto americano de Maspalomas que, aunque no tenía nada que ver con aquello, trataba de darme consejos por mi edad, tales como por ejemplo decirme en una ocasión, a media mañana, que no siguiera buscando una avería en el transformador de las válvulas rectificadoras de un transmisor, que eran las válvulas las que estaban mal.
A las seis de la tarde de aquél día, cuando apareció con una pickup con seis válvulas de casi un metro de altura, le dije que el transmisor llevaba funcionando desde media hora después de irse él. No fue tan amable cuando tres días antes de la fecha en que teníamos que empezar a darles servicio, se produjo una tormenta de manchas de Sol con una interrupción total de las ondas radioeléctricas en Onda Corta en todo el mundo, era impresionante, ¡se giraba todo el mando de sintonía de los receptores y no había nada! , El acontecimiento apareció como noticia en muchos periódicos.
Cuando el americano me decía que estábamos retrasando el plazo de entrega y yo le intentaba justificar a qué se debía la situación, contestaba: “Papers no!,.. Signals, signals…!”.
La señal y el otoño
Un viernes en el que a las tres de la tarde la situación continuaba igual, y como en Maspalomas los técnicos se marchaban a esa hora, les dije a los colaboradores que estaban en la central telefónica de la calle de León y Castillo, donde había que conectar la señal a Maspalomas, que se fueran.
De repente, nada más decírselo, apareció la señal como un cañón. Ante mi desesperación, por no poder dejar constancia hasta el lunes siguiente en el teletipo de órdenes de que estábamos enviando señal, el operador de servicio de la estación, que tenía un coche deportivo de los que había entonces en Canarias, me dijo “si Ud. considera que se puede dejar sola la estación, le bajo hasta la Central”. Y efectivamente…, chirriando las ruedas en las curvas de la carretera de Guanarteme llegamos a la Central, conecté la señal a Maspalomas y dejé constancia en el teletipo de órdenes, afortunadamente aun me contestaron: “¡15,40 ok, bye, bye..!”.
Volvimos a subir nuevamente a la estación donde todo estaba en orden, no había pasado nada.
Pero entonces empezó mi problema, como el ritmo de instalación había sido muy rápido y con la tormenta magnética, no había tenido tiempo de adiestrar a los operadores en el manejo de los equipos, especialmente en la sintonía de los receptores. Como consecuencia de aquello, desde aquel fin de semana hasta que rotaron los cuatro del turno, tuve que subir y bajar a las 02,00 y a las 06,00 para hacer los cambios de frecuencia de acuerdo con la propagación.
También recuerdo que con aquel ritmo de trabajo no me daba cuenta del tiempo, y una mañana cuando estaba desayunando en el comedor del hotel, al ver por la ventana pasar a unas niñas con uniforme de colegio, caí en la cuenta de que ¡estábamos ya en octubre!

El autor a la derecha. Las Palmas 1960
Visita del Director General y vuelta a Madrid
A primeros de octubre llegó de visita el Director General Don Jose Valdivia, le enseñe y expliqué la situación y decidió que me volviera a Madrid para seguir con lo de Italcable.
Delante de mí llamó a Cáceres, el ya citado director técnico de Trasnaradio, y le dijo que aquello estaba terminado, que quedaban defectos de proyecto y que yo tenía que ocuparme de Italcable, que mandara a uno de los suyos para resolverlos.
Supe por mi padre, que estaba con Luis Cáceres en Madrid, supe la reacción, éste no sabía cómo decírselo a sus ingenieros que daban clase en la Academia Dobao. Por fin, decidió que fuera Mariano Ros. Por cierto, que cuando éste llegó y vio la situación, hizo un informe diciendo que: “no se podía hacer más de lo que había hecho Romeo y que había que comprar otros receptores”, gesto que le honra y que le agradecí.
Valdivia había ido acompañado de su esposa y estábamos en el mismo hotel. El vuelo en el Super Constellation, con el que volveríamos los tres a Madrid, salía a las dos de la madrugada, Valdivia me dijo que dejara la maleta en su habitación y cancelara la mía, su mujer se iba a quedar descansando hasta salir para el aeropuerto, y que nosotros bajáramos a cenar. En mi casa se comentaba mucho que, una vez que mi padre y él, habían estado día y medio en Vallecas sin comer, cuando volvían a Madrid pararon en una cafetería, mi padre esperó a que Valdivia pidiera primero, y pidió un café con leche y un bollo, mi padre pidió lo mismo. Bien, pues aquella noche de Las Palmas, entramos en un restaurante, nos sentamos, vino el camarero y pidió un café con leche y un bollo, yo pensé “¡vaya lo mismo que con mi padre!” y pedí un coctel de cangrejo y unos huevos a la flamenca. Cuando subimos a la habitación le dijo a su mujer “¿sabes lo que ha cenado el angelito?”.
Volvimos a Madrid el día 15 de octubre de 1960.
Notas:
Personajes citados:
Juan Gámez: Delegado de Transradio en Las Palmas
Luis Cáceres García: Ingeniero de telecomunicación de Telégrafos; profesor de la Escuela Oficial de IT, antes de la Politécnica; director técnico de Transradio Española.
Mariano Ros Giner: [Lorca (Murcia), 1922 – Madrid, 1993] Ingeniero de Transradio y de Entel, le fichó Telefónica antes del traspaso y fue director de ingenieria y más. Simultaneaba, autorizado primero en la Academia Dobao y después como catedrático de Matemáticas I en la ETSIT de Madrid. En Telefónica era director de Ingeniería de Proyectos e Instalaciones.
José Ruiz de Valdivia – Fue director general en Entel y anteriormente de Transradio y de CIRESA, en la que inició su carrera profesional, como ingeniero, en el momento de la creación de la Sociedad Anónima Radio Argentina en 1929.
Empresas e Instituciones
Sociedad Anónima de Radio Argentina: Fundada el 31 de agosto de 1927, en Buenos Aires con la intención de explotar un circuito radiotelegráfico en onda corta entre la capital argentina y Madrid. Los derechos de dicha explotación, habían sido concedidos por el estado español mediante Real Decreto-Ley número 604, con fecha de 30 de marzo de 1927- por veinticinco años.
Compañía Internacional de Radio Española, Radiar (CIRE): Sucesora de la Sociedad Anónima de Radio Argentina en 1952, su actividad consistía en la explotación, en virtud de acuerdos con compañías extranjeras, de los circuitos entre Madrid y Buenos Aires, Nueva York, La Habana, Río de Janeiro y Lima, además de los servicios de comunicación con barcos en alta mar.
Transradio Española: Empresa heredera de las antiguas concesiones de comunicaciones radioeléctricas de 1927. Controlada por Cable & Wireless hasta su nacionalización por venta a la Empresa Nacional Torres Quevedo.
NASA: Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio, más conocida como NASA, es la agencia del gobierno estadounidense responsable del programa espacial civil, así como de la investigación aeronáutica y aeroespacial. Fundada en 1958. Entre sus primeros proyectos Mercury (1959-1963) y Gemini (1961-1966).
Italcable: Denominación del cable submarino telegráfico entre Europa e Iberoamérica de la empresa Compañía Italiana de Cables Telegráficos Submarinos. Ver abajo.
Academia Dobao Díaz Guerra. Estaba situada en la calle Hermosilla 109 de Madrid. Especializada en la preparación para el acceso a carreras técnicas y de ingeniería.
Taxi de Montes de Oca – Una de las empresas de Taxis de Las Palmas, aún hoy es un apellido frecuente en el sector.
Varios
Super Constellation: Avión cuatrimotor a hélices, modelo Lockheed L-1049 Super Constellation que operaba entonces entre Canarias y la Península.
Tormenta magnética de 1960. En otoño de dicho año se registró una importante tormenta solar de intensidad media, de las que se repiten aproximadamente cada 50 años. No fue como el denominado “evento Carrington” de 1859, cuya probabilidad de repetición es de 500 años, pero sí lo suficiente para que quedarse registrado. El máximo fue el 13 de noviembre de 1960.
Estupendo lo que nos cuentas.
Gracias por el comentario.
Esta es la segunda de un total de cinco relatos en los que Jose María Romeo nos cuenta cosas interesantes que vivió en primera persona y que iremos publicando próximamente.
Me encanta tu blog, todo lo que publicas en casi un best seller para los amantes de las telecomunicaciones, son las 3:30 de la madrugada y me niego ir a la cama, enganchado a todos los artículos que me encantan. Enhorabuena!
Muchas gracias por tu comentario que nos anima a seguir trabajando en la investigación, recuperación y divulgación de la historia y las historias de las telecomunicaciones en España.
Busco información, trabajó mi abuelo en ella (en las torres), tengo una duda y es que cuando se cita la estación de San Lorenzo, se hace una mención a Las Torres pero eran dos estaciones independientes, estoy buscando fotografías y toda la información posible de la estación de las torres que era de transradio, ¿sabrían decirme y darme informaciónl? en esta se trabajó en el proyecto apollo. gracias y saludos.
Pedro,
Creo que te refieres a otra estación más antigua, sobre 1911, que estaba en Melenara (Telde) y que la denominaban «Cuatro torres». La de San Lorenzo es posterior de 1930 y posiblemente el vecindario la denominase igualmente por «las torres» por lo que la urbanización posterior tomase esa denominación.
El documento más completo de este tema lo encontrarás en este trabajo:
Rafael Pérez Jiménez y Francisco Quintana Navarro (2018). Conectando el Atlántico: La radiotelegrafía en Canarias en el periodo de entreguerras. Anuario de Estudios Atlánticos, no 65: 065-020. http://anuariosatlanticos.casadecolon.com/index.php/aea/article/view/10267
Mira especialmente las imágenes y las notas 51 y 52.
Espero que te sirva. En todo caso si podemos ayudarte más…
Saludos y gracias por leernos
Jose Ramón
Hola, soy vecina del actual barrio de Las Torres. Estoy recopilando información de la Estación de San Lorenzo. Respondo a tus preguntas.
La Estación de radiotelegrafía de San Lorenzo se crea en 1930 con la empresa Transradio y permanece hasta el año 70.En 1930 la estación estaba en el municipio de San Lorenzo y en 1937 (Guerra Civil) Las Palmas anexiona el municipio de San Lorenzo, la estación cambia de municipio pero no de ubicación .Esta zona era agrícola y destacaban de lejos las torretas que sostenían las antenas por lo que la zona se le conocía, entre la población, como «Las Torres». Hoy en día ya no quedan restos de «Las Torres» y es un barrio residencial conocido como «Las Torres» en el distrito de Ciudad Alta de Las Palmas de Gran Canaria.
Decirte que fotos sólo hay las que publicó Romeo en este artículo, muchos vecinos se acuerdan de la Torres pero no he encontrado fotos.
Si puedes ponerte en contacto conmigo irena2705g@gmail.com puedo pasarte artículos de la época. También me interesa información sobre el trabajo que desarrollaba tu abuelo.
Saludos.