En colaboración con Carlos Emperador.
Es conocido que la aplicación de la telegrafía en la operación de los ferrocarriles se inició muy pronto, siendo incluso la expansión de las propias líneas telegráficas impulsada en muchos países por el crecimiento del mismo ferrocarril. Varias décadas después, cuando la telefonía alcanzó el nivel suficiente de fiabilidad, también se fue imponiendo como método de comunicación ferroviario. Carlos nos cuenta aquí un ingenioso sistema que permitía seleccionar las diferentes estaciones de un ferrocarril empleando una sola línea telefónica.
«Dispatching system».
Hace casi treinta años, descubrí estos aparentemente sencillos y bonitos dispositivos, que al estudiarlos, observé con sorpresa que su funcionamiento no estaba exento de una considerable complejidad.
Dispatching system, así se llamaba el sistema al que pertenecían estos dispositivos.

Concretamente me refiero al selector telefónico de 17 impulsos fabricado por Western Electric en los años 20 del pasado siglo.
Este aparato cuya construcción se asemeja más a un instrumento de relojería que a otra cosa, era utilizado en algunos países para las comunicaciones telefónicas en las líneas ferroviarias, permitiendo solventar las posibles incidencias sobre el tráfico ferroviario a gestionar, con mayor rapidez y seguridad que con la telegrafía.
Entre las características que cabe destacar ya no tanto en su funcionamiento, sino en la estructura del sistema al que pertenecían, es que la línea telefónica a la que estaban unidos varios de estos selectores era común, es decir, el cableado de sus estaciones estaba conectado en derivación sobre una única línea y por este motivo al accionar el sistema para realizar una llamada, los equipos afectados en determinado tramo de la red, funcionaban de modo simultáneo, con la consiguiente economía en el cableado de la red telefónica, así como la fácil localización de averías.




Este elemento selector que denominamos de 17 impulsos, es el encargado de discriminar mediante la recepción de una secuencia de impulsos, cuya cantidad siempre debe sumar 17, la estación con la que se desea comunicar. La identificación de la estación se hace según la colocación de tres pequeñas clavijas sobre la rueda de mando del aparato.
Para transmitir la llamada a la estación deseada se disponía de un sistema auxiliar de relés los cuales quedaban excitados una vez reconocido el número asignado a cada estación, así de este modo se dirigía la llamada de modo exclusivo al destino necesario.



Encontramos en la Enciclopedia Espasa, que como se ha comentado en este blog contiene una sorprendente cantidad de detallada información sobre el estado de las telecomunicaciones en su época, el siguiente artículo que hemos replicado en el enlace en el que encontrareis no solo la descripción del aparato y su funcionamiento sino también su aplicación en las redes ferroviarias del primer cuarto del siglo XX en América y Europa.
Existieron posteriormente otros aparatos con análoga función que, sin carecer de una complejidad técnica considerable, no eran comparables en belleza al aspecto que presentaban estos, a los que me estoy refiriendo.
Por todo ello estoy firmemente convencido de la necesidad de preservar el conocimiento y patrimonio de todo lo que representó una gran repercusión y por ello destacar la vital importancia que la aparición de éstos y otros grandes inventos, sobre otras muchas aplicaciones, nos han significado una maravillosa evolución hacia el progreso en el que actualmente nos encontramos.



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