Colección de teléfonos Antonio Jurado

Por Antonio Jurado (*).

Aprovechando un reciente viaje a Málaga, y de la mano de Luis Méndez, tuvimos ocasión de contemplar en una corta pero intensa visita, la colección particular de teléfonos de Antonio Jurado, ex telefónico que ha dedicado mucho tiempo a la búsqueda y adquisición del impresionante conjunto de aparatos y «chismes» telefónicos de todos los tiempos. Aquí, él mismo nos cuenta algunos detalles junto con una galería de fotos, que es insuficiente para hacernos una idea de la magnitud de la colección.

«No siempre el mejor teléfono de tu colección es el más entrañable», «El teléfono Ericsson que tengo en el salón fue el primero de mi colección, es el que me regalo un amigo que lo consiguió para mí, el cual venia pintado de varios colores, y tuve que ponerlo en su estado original».

Mis amigos Antonio Suárez y Miguel Ángel Martín, fueron los culpables de iniciarme al coleccionismo, de sus colecciones personales, conseguí un gran número de mis primeros teléfonos. Me enseñaron como buscar por internet y por dónde y cómo comprar otros tantos teléfonos, pudiendo siempre acudir a ellos para oír su asesoramiento y buenos consejos.

Observando la siguiente galería fotográfica, en la que se puede ver con más detalle cada imagen pinchando sobre ella, nos haremos una idea general de la colección que se compone de un buen número de todo tipo de aparatos telefónicos de diferentes épocas y procedencias, murales, de sobremesa, de batería local, con o sin magneto, protegidos contra altas tensiones, con o sin disco de marcar, de madera hierro o baquelita, con o sin timbre…

Después y hasta la actualidad me uní, junto con otros apasionados coleccionistas telefónicos, al grupo de WhatsApp que denominamos «Otro saldrá» y en el que todos los que participamos somos entusiastas de este mundo, dándonos apoyo mutuo para así conseguir todo tipo información que nos permita documentar nuestras piezas y conseguir otras nuevas.

La pieza de mayor tamaño de mi colección es la cabina telefónica que se muestra en al exterior (de igual manera, salvando las distancias, a la que dispuso Salvador Dalí en la que hoy es su casa-museo en Cadaqués). Es del modelo denominado mueble “A” y la conseguí cuando esperaban al camión que se la iba a llevar al chatarrero, tuve que actuar rápidamente para conseguir alguien que me la transportara hasta su ubicación actual. Una de las bisagras estaba bloqueada, por lo que tuve que sacarle el muelle, que tenía pegado el óxido del muelle con el cilindro que lo ubicaba, y la numeración de la puerta que la había perdido, tuve que buscarla, de otra que había aún en la calle para poderla coger y ponérsela a la mía para así completarla. Los cristales interiores no los tenía y se los encargué a una cristalería, unos templados de dichas medidas. Procedí a limpiarla con productos apropiados, pero lo que mejor resultado me dio fue un consejo de YouTube que fue una mezcla de un limpiador de vitrocerámicas, el más barato y agresivo que fuese y mezclarlo con bicarbonato y agua.

Unos de los aparatos que más trabajo me dio fue una centralita que me enviaron desde Suecia, por un contacto que me pasó mi amigo Miguel Ángel, venia bien embalada, pero a causa del gran peso de la misma venia descuadrada, por lo que tuve que desarmarla, para poder encolar la base de la madera y los laterales, además de tener que pulir las partes metálicas, y el panel del fondo de dichas partes metálicas, tuve que probar con diferentes productos hasta encontrar uno que me diera resultado.

El problema de las compras a distancia es cuando te envían un teléfono que pesa bastante en un recipiente inadecuado y mal embalado, nada más recibirlo y sin abrirlo aún sabes que lo vas a tener que reparar.

En otros casos con el paquete muy bien embalado, es el transporte el que es nefasto y te viene con el mueble de madera rota, por la complejidad de la forma del teléfono. En una ocasión tuve que acudir a un amigo carpintero que tuvo que hacer un gran esfuerzo para poder llevar la madera a su sitio.

No quiero dejar de hacer hincapié en lo bueno que es pertenecer a un grupo de WhatsApp, como en el estoy, «Otro saldrá», tan colaborador que cuando quieres documentar cualquier aparato telefónico siempre hay alguien que encuentra la información necesaria.

Valga esta breve referencia como una muestra general de esta estupenda colección particular como introducción a otras futuras en la que detallen y documenten las mejores piezas de la misma.

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(*) Antonio Jurado Quintana es profesional de las telecomunicaciones jubilado. Desarrolló su vida laboral en Telefónica y disfruta de su afición por la historia de la telefonía completando su colección particular.