«Una parte poco conocida de la historia de las telecomunicaciones en Filipinas es la fundación, en la última década del siglo XIX, de la «Sociedad de los teléfonos de Manila«. Adquirida en 1906 por la «Phillippine Islands Telephone and Telegraph Company«, precursora de la actual empresa PLDT. Este trabajo incluye dos interesanters listas de abonados de 1893 y 1902 cuyo análisis permiten idenitficar algunas diferencias producidas en Manila bajo las administraciones española y estadounidense».
«A part of the history of telecommunications, namely the establishment of the «Sociedad de los teléfonos de Manila» in the last decade of the 19th century, has so far received little attention. The Company was sold in 1906 to «Phillippine Islands Telephone and Telegraph Company», precursor of the current company PLDT. This work provides two interesting Manila telephone directories, dated 1893 (Spanish domain) and 1902 (US domain). Its analysis allows us to identify some differences produced by the change of administration». (Use Google translator on the sidebar).
A menudo los caminos donde encontramos pistas para nuestras investigaciones son insospechados. Esto es lo que ha ocurrido en este trabajo, un simple «me gusta» y un comentario en Twitter hizo que entablara amistad con Doña Angustias Batlle y Hernández, una reinventada bisabuela de Susana Cayuelas, autora de Cartas desde Manila, novela ambientada en el último cuarto del siglo XIX en Filipinas. Doña Angustias me habló de su hermano D. José Batlle y Hernández, que emprendió la tarea de organizar el servicio telegráfico en Filipinas, una historia de la que nos tendremos que ocupar en otra ocasión. También me indicó que él y sus hermanos iniciaron la aventura de instalar una red telefónica en Manila.

Plaza Moraga en 1901, en el extremo oeste de la Calle Escolta. Fuente: Wikimedia Commons.
Con estos datos, que hasta entonces desconocía o había ignorado, empecé a realizar una búsqueda más específica hasta llegar a estos documentos, que ahora presentamos. Encontrados en una biblioteca inédita, hasta ahora, para los estudiosos de la historia de la telefonía en España, la Biblioteca de los Padres Agustinos de Valladolid que muy gentilmente nos ha autorizado su difusión.
Se trata de la Memoria referente al ejercicio social de 1894 y de dos listas de abonados correspondientes a los años 1893 y 1902; estas dos listas las consideramos muy importantes, pues reflejan la sociedad de Manila en el último periodo colonial español e inicios del controlado por Estados Unidos
Pero antes, haremos un poco de historia.
En 1887 la Guardia Civil veterana, unidad que se encargaba del orden público en la zona de Manila, expuso la conveniencia de la instalación de una red telefónica que uniese sus distintas dependencias; los hermanos Batlle, a través de su compañía Batlle hermanos y Cía. presentaron un par de presupuestos para la instalación de una estación central y siete estaciones satélites equipadas con teléfonos Ader perfeccionados. Pero ambos presupuestos fueron rechazados, por varios aspectos técnicos, como por ejemplo entre otros, por el diseño de la línea a un hilo con retorno a tierra en vez de dos hilos. Al final, en 1888, avalado por la Dirección General de Comunicaciones, se aprobó la realización de la red, pero por administración en vez de por contrata.
En ese mismo año, un Real Decreto de 12 de mayo del Ministerio de Ultramar formula las condiciones para la construcción de redes telefónicas en Cuba, Puerto Rico y Filipinas, el R.C. establecía una tasa mínima del 6% como canon que las concesionarias debían pagar al Estado. El texto de este R.C. se copió casi íntegramente en el Real Decreto de 16 de mayo de 1890.
El 28 de enero de 1889 se celebra la subasta de la red telefónica de Manila simultáneamente en Madrid y Manila: en Madrid se presenta únicamente la oferta de José Batlle y Hernández, que ofrece una tasa del 6,1%; en Manila su hermano Joaquín, hace lo propio, en esta ocasión con una tasa ofertada del 7%. Esta última fue la adjudicada el 27 de mayo del mismo año por espacio de 20 años. Para la firma del contrato en Madrid se autorizó a José Batlle como representante de su hermano; el 10 de octubre se autorizó el inicio de la instalación.
Un año después, Joaquín Batlle transfiere la concesión a la Sociedad de los teléfonos de Manila, siendo el propio Joaquín Batlle su administrador.
Aunque se instalaron algunas líneas particulares en el resto de Filipinas, solo se tiene constancia de otra concesión a José Olaguer y Feliu de una pequeña red urbana en Iloílo en la isla de Panay, construida en 1894.
En Iloílo se inauguró el servicio el día 1º de Junio de 1894, y se extendía hasta las poblaciones de Jaro, Molo y Mandurriao. El sistema empleado era el mismo que el de Manila, y las líneas de doble conductor, formadas por alambres de acero de dos milímetros de diámetro. Contó con 100 abonados, que al principio satisfacían una cuota que luego se rebajó; pero, según noticias recibidas al escribir estas líneas, desapareció todo el servicio telefónico el 11 de Febrero de 1899, víctima de las llamas que ocasionó la toma de Iloílo por las tropas de los Estados Unidos. (Algué, 1900).
Batlle hermanos y Cía.
Para comprender el entramado de los responsables de la Sociedad de los teléfonos de Manila, me parece oportuno hacer un inciso sobre la relación de los hermanos Batlle como promotores de la sociedad. En junio de 1867 José Batlle y Hernández toma posesión de la Subinspección de la Comisión para la instalación de los telégrafos en Filipinas, puesto que mantuvo durante 15 años, hasta su regreso a España en 1882. Durante esos 15 años se reúnen con él sus hermanos Joaquín, Evaristo y Angustias. Evaristo era médico y solicitó la plaza de médico titular de la provincia de Tayabas, luego conmutada por la de Ilocos Sur.

Acta notarial por la que se cede la custodia custodia de algunas acciones de la Sociedad de los teléfonos de Manila. Fuente: Archivo Susana Cayuelas.
Alrededor de 1880, se crea la firma Batlle hermanos y Cía., figurando como propietarios Joaquín y Evaristo; la empresa, dedicada al comercio y las finanzas, en un principio fue dirigida por Joaquín y por Tomás García Ruiz, esposo de su hermana Angustias, estos dos últimos regresaron a España alrededor de 1892 y en su lugar se quedaron dirigiendo la compañía Evaristo Batlle y Miquel Henry, que también fue Director de la Sociedad de los Teléfonos de Manila. Evaristo Batlle falleció en Manila en 1922. Según consta en un acta notarial gentilmente cedida por Susana Cayuelas, las acciones de la Sociedad de los Teléfonos de Manila pertenecientes a los hermanos José y Joaquín y a su cuñado Tomás García fueron custodiadas por Rafael Caro y Medina, Director de Comunicaciones hasta el 27 de mayo de 1899, fecha en la que entrega dichas acciones a un subalterno suyo, Dalmacio Medrano y Burruel. Rafael Caro regresó a España ese mismo año y había sido el encargado de mantener informados a los accionistas no residentes de todas las cuestiones técnicas y comerciales de la compañía.

Plano de Manila y sus arrabales, 1898. Fuente: University of Texas.
La Manila de finales del siglo XIX
En esa época, Manila tenía entre 200.000 y 300.000 habitantes, en la ribera izquierda del rio Pasig se encontraba Intramuros, la antigua Manila, como su nombre indica era un recinto amurallado, donde se desarrollaba la actividad administrativa, pero fue perdiendo el interés como lugar de residencia de los magnates europeos, que se asentaron en otras zonas, por ejemplo Ermita, al sur de Intramuros.
En la ribera derecha del rio Pasig se establecían los arrabales más populosos, entre los que destacaban San Nicolás y Binondo, este último considerado como el primer barrio chino y barrio comercial por antonomasia, en especial la calle de la Escolta. La ciudad ha padecido un sinnúmero de terremotos y tifones y otras desgracias que han obligado a una constante reconstrucción.
Lista de abonados de 1893

Lista de abonados Manila 1893. Fuente: Biblioteca de los Padres Agustinos de Valladolid.
La lista de abonados de enero de 1893 nos muestra detalles interesantes que seguro pueden ser ampliados con un estudio más pormenorizado. En dicha lista podemos observar que la red constaba de una estación central en la calle Real nº 4 de Intramuros y una sucursal en Binondo, concretamente en la calle San Jacinto nº 37 que ejercía también como local social de la compañía.
Por el aviso en las primeras páginas de la lista, vemos que estas estaciones estaban constituidas por cuadros de 25 abonados cada uno que sólo permitían una llamada simultánea, por lo que los abonados de un mismo cuadro tenían que esperar su turno. Los teléfonos eran de batería local y la llamada se realizaba mediante un pulsador debiendo previamente estar colgados los receptores.
Contaba en esos momentos con unos 460 abonados con nombres que aún nos resultan familiares, como la Cervecería San Miguel o el representante de las máquinas de coser Singer.
Una estación de abonados dentro de Manila costaba 6,75 pesos al mes, cantidad que se elevaba a 19,75 pesos si la estación estaba situada en locales públicos y lo podía utilizar el público en general. Por información aparecida en la memoria de 1894, sabemos que la tarifa era inicialmente de 8,50 pesos y que se redujo para aumentar el número de abonados, pero esa reducción no dio los frutos esperados.
La Memoria de 1894

Memoria Sociedad de los teléfonos de Manila 1894. Fuente: Biblioteca de los Padres Agustinos de Valladolid.
El 28 de marzo de 1895, bajo la presidencia de D. Evaristo Batlle y Hernández, Presidente del consejo de Administración, se celebró la Junta General Ordinaria de Accionistas correspondiente al Ejercicio de 1894.
Por la Memoria podemos saber algunos datos sobre las vicisitudes de la red ocurridas a causa de los temporales y otros accidentes que padeció Manila en 1894. Como por ejemplo, el incendio de Sampaloc del 23 de Abril y temporales de 27 de junio y 17 de septiembre que destruyeron gran cantidad de líneas.
Se hace eco también de la crisis económica que padecía el país y que había dado lugar a un incremento y regularización de tarifas que afectó al número de abonados, no así a los ingresos. En el tercer trimestre de 1894 la Sociedad tenía 448 abonados, 32 de ellos gratis y en el cuarto trimestre los abonados se redujeron a 403 siendo los gratuitos 25. Las tarifas se reunificaron a 8 pesos mensuales para todas las del radio municipal, 5 pesos para las Tenencias de Alcaldía y 4 pesos para la prensa diaria.
Como política de reducción de gastos, el Consejo de Dirección había llevado a cabo una reducción del personal de las centrales y un programa de reparación de aparatos y baterías gastadas. Además, estaba en estudio el cubrir el puesto de telefonistas con personal femenino y la supresión de la central de la calle San Jacinto en Binondo al incrementarse el tipo de seguro por incendio. En el aspecto tecnológico cabe destacar el uso de relés construidos por la propia compañía para la ampliación al pueblo de Tamborong (Malabon) y la construcción de otras líneas.
Lista de abonados de 1902

Lista de abonados Manila 1902. Fuente: Biblioteca de los Padres Agustinos de Valladolid.
En la convulsa etapa de transición entre la colonización española y la americana, Manila era de hecho la única parte controlada por los americanos. La Sociedad edita una nueva Guía esta vez bilingüe y que por primera vez incluye publicidad, resulta muy interesante comparar los cambios entre las dos guías.
En esta lista se observa que existe ahora una única central en la calle de la Muralla nº 43 y, por las advertencias en las primeras páginas, sabemos que ya no se hace referencia a las limitaciones del número de llamadas por cuadro, deduciéndose que los cuadros se habían modernizado, ya que se habla de un próximo cambio en la forma de atender las llamadas.
Tiene un total aproximado de 400 abonados, iniciándose con un directorio de teléfonos oficiales. Como es natural, la composición de los suscriptores ha cambiado de forma importante, ya que gran parte de los negocios españoles han desaparecido. Llama la atención la cantidad de funerarias que se anuncian.
Entre los distintos avisos dirigidos a los abonados figuran los siguientes:
IMPORTANTE
En caso de tormenta es perjudicial a los aparatos, el descolgar los receptores como sucede a veces, pues no existe el menor peligro, toda vez que poderosos descargadores instalados en la Central, evitan cualquier accidente.
AVISO
La Empresa espera que los abonados al Teléfono en correspondencia al espacio que para sus anuncios les concede gratis en las listas de abonados, pongan en los membretes de sus cartas, facturas y todos los anuncios la palabra Teléfonos o Servicio Telefónico para que pueda tenerse en cuenta por el público y use de las ventajas de este servicio.
Como dato inédito y curioso, figura como Director de la Sociedad de los teléfonos de Manila el Dr. Frank S. Bourns, ornitólogo y jefe cirujano del ejército de los Estados Unidos durante la ocupación estadounidense.
Transición y disolución de la Sociedad
Bajo el mandato del Gobernador Civil americano se creó la Philippine Commission, una comisión legislativa para preparar a Filipinas como colonia de los Estados Unidos. Dicha Comisión decretó varias leyes relativas a las Telecomunicaciones, en especial la 1368 de 6 de julio de 1905 por la que otorgaba una franquicia a «the Philippine Islands Telephone and Telegraph Company» para construir, mantener y operar sistemas telefónicos y telegráficos y para llevar a cabo negocios generales de transmisión eléctrica en y entre las provincias, ciudades y municipios de Luzón.

Anuncio de la Sociedad de los teléfonos de Manila en inglés, las oficinas estaban situadas en el nº 70 de la calle Rosario conocido también como Edificio Batlle. Fuente: Commercial directory of Manila 1901.
Esta franquicia no era exclusiva y el gobierno se reservaba el derecho a regular las tarifas que cobrarían los beneficiarios. La ley previno la compra de la franquicia de la Sociedad de Teléfonos de Manila al establecer que todos los derechos y privilegios adquiridos por dicha franquicia deberían considerarse como fusionados en la nueva franquicia y que la antigua franquicia no debería tener fuerza o efecto después de la mencionada compra. Después de mucha negociación, se realizó la compra y se iniciaron los preparativos para eliminar las líneas y accesorios obsoletos de la Sociedad de Teléfonos de Manila. En lugar de los impuestos sobre la franquicia o las ganancias, la «Philippine Islands Telephone and Telegraph Company» tenía que pagar al tesorero insular cada año el 2 por ciento de los ingresos brutos del teléfono y el telégrafo y otros negocios de transmisión eléctrica tramitados bajo la franquicia. La compañía se obligaba a estar totalmente equipada y lista para operar, dentro de los dieciocho meses a partir de la fecha de concesión de la franquicia, 1,000 teléfonos en la ciudad de Manila y un depósito de 50,000 pesos o bonos negociables u otros valores aprobados exigido como garantía.
Las condiciones se cumplieron prácticamente todas y se inició el cambio al nuevo sistema. La Sociedad de los Teléfonos de Manila se vendió en enero de 1906, quedando disuelta ese mismo año, siendo Presidente Miguel Henry. El antiguo sistema se cerró el 15 de julio de 1906, y se procedió al trabajo de extracción de los postes, cables, etc.. En un principio se intentó usar canalizaciones subterráneas pero debido a la acumulación de agua superficial en los pozos de registro y también en las juntas de los conductos, la operación no obtuvo el éxito esperado. Basta con ver en Google Street cualquier calle de Manila para darse cuenta de la maraña de cables en la mayor parte de sus calles.
Dirigida por Theodore Vail Halsey y con equipos de American Telephone and Telegraph Company, la nueva concesionaria sustituyó el antiguo sistema de batería local por otro de batería central, pronto sobrepasó los 1200 abonados y en 1918 se instaló la primera central automática del Lejano Oriente. En 1928 «the Philippine Islands Telephone and Telegraph Company» se fusionó con otras tres compañías, creando la «Philippines Long Distance Teléphone Company» , que con el renovado nombre de PLDT ha llegado a nuestros días.
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Documentación.
Algué, J. ed., jesuitas. (1900). El archipiélago filipino: colección de datos geográficos, estadísticos, cronológicos y científicos, relativos al mismo, entresacados de anteriores obras ú obtenidos con la propia observación y estudio. Whashington: Imp. del Gobierno. En línea.
Archivo familiar de Susana Cayuelas
Commercial directory of Manila. (1901). Manila.
Hartendorp, A. (Enero de 1938). Philippine Cross-Section, 1904. Philippine Magazine, 16.
House of Representatives. (1910). Congressional Record. List of public-utility franchises granted by the Philippine legislature since July 1, 1902, 45 parte 5, pág. 4676.
Navasquillo Sarrión, C. (1994). Gobierno y política de Filipinas, bajo el mandato del general Terrero (1885- 1888). Tesis
Sociedad de los teléfonos de Manila. (1893). Lista alfabética de los señores abonados que tienen comunicación con la estación central de Intramuros y la sucursal de San Jacinto en 20 de enero. Manila. (Copia de la Biblioteca de los Padres Agustinos de Valladolid).
Sociedad de los teléfonos de Manila. (1895). Acta de la Junta General Ordinaria de Accionistas celebrada en 28 de Marzo de 1895. Manila. (Copia de la Biblioteca de los Padres Agustinos de Valladolid).
Sociedad de los teléfonos de Manila. (1902). Lista alfabética de los señores abonados que tienen comunicación con la estación central de Manila. Manila. (Copia de la Biblioteca de los Padres Agustinos de Valladolid).
Stevenot, J. (Junio de 1933). Philipine and World-Wide Telephony. Philippine Magazine, 136-137 y 163-168.
Interesantísimo artículo. Enhorabuena al autor.
Gracias, Armando.