Comenzamos el año con la colaboración de Jose Homobono (*) que nos hace una interesante reseña de los aspectos más importantes, que en su opinión personal -basada en su larga experiencia en la compañía-, han sido claves en la transformación de Telefónica desde mediados del pasado siglo hasta la fecha.
Historia de una constante transformación
Nos referimos a la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE). Creada en 1924 como participada de la americana ITT. Durante sus primeros 65 años no destacaremos aquí demasiadas cosas desde la óptica del negocio, sólo algunos hitos tecnológicos.
Centrada en la extensión del servicio telefónico, en 1945 el Estado se hace cargo de la mayoría de las acciones, en 1953 se alcanza el teléfono 1 millón, y en 1960 es ya la primera empresa del país.
En 1967 se inician las comunicaciones por satélite, en 1971 la primera red especial de transmisión de datos del mundo (la RETD) se pone en servicio en España, en 1978 se alcanza el teléfono 10 millones y en 1987 comienza su cotización en la bolsa de New York.
A finales de los 80 del siglo pasado la situación de la operadora se caracterizaba por lo siguiente: extensión de la telefonía al medio rural, negocio exclusivamente centrado en la voz con altos costes de operación, con algo más de dinamismo en los servicios orientados a las empresas, en ausencia completa de competencia y exclusivamente centrados en el país de origen (en donde, al igual que en la mayoría de los países del entorno, cada operadora era líder indiscutible, sin ningún desarrollo de competencia en el sector).
La década prodigiosa
En la siguiente década, los noventa, se van a producir cambios cruciales en el sector, pasando del monopolio a la competencia, y de servicios sólo de voz, a la necesidad de proporcionar a los clientes nuevos servicios, atendiendo así a las necesidades crecientes de comunicaciones, que la tecnología ya permitía, favoreciendo la aparición de nuevas operadoras más «ligeras».
Estas nuevas operadoras se especializan de diferentes maneras: unas dedicándose sólo a los datos, otras se organizan por filiales dedicadas a diferentes servicios, otras comienzan su expansión internacional, etc.
Telefónica se adelanta tomando las siguientes decisiones: separación por negocios, apuesta decidida por la telefonía móvil, comienzo de la internacionalización, creación de una filial para el negocio de datos manteniendo el servicio mayorista y revisión de los costes de operación.
En cuanto a la operadora titular de los servicios fijos, se hace necesario transformarse para competir ante los nuevos canales, operadores y servicios, aumentar la flexibilidad reduciendo las largas listas de espera y reducir los altos costes laborales. Para ello, comienza el proceso de transformación, focalizándose en las áreas comerciales (apertura de tiendas, planes comerciales, RDSI, etc..), y de infraestructuras, se inicia el negocio mayorista. Ante la necesidad de aligerar la compañía, se pone en marcha un primer expediente de regulación de empleo.
En esas mismas fechas comienza la expansión internacional en Latinoamérica.
Comienza el reto del nuevo siglo
Así se llega al final del siglo con parte de los deberes hechos: separación de negocios, apuesta por el negocio móvil, expansión latinoamericana, quedando pendientes algunas cosas más como la consolidación de los nuevos negocios, continuar con la expansión internacional y la transformación en España. Para ello:
Se modificó las oferta comercial profundamente, lanzando en 2001 el ADSL minorista y después los servicios Dúo y Trío, paquetizando junto con los datos, la voz primero y la tv, después en 2003, con la puesta en marcha de Imagenio.
Se lanzó el Proyecto Óptima. Un profundo cambio cultural, organizativo y operatívo que con el objetivo de optimizar el binomio coste/calidad promueve el cambio, un nuevo modelo de relación y el seguimiento continuo.
Se continua con la política de Expedientes de Regulación de Empleo por la que se reduce la plantilla en el periodo 1999-2007 en más de 25.000 empleados. A partir de 2006, comienza un nuevo periodo en el que la convergencia sería la tónica. Después de completar la expansión internacional en Latinoamérica, se continua en Europa y se desarrollan alianzas con China e Italia.
Los avances tecnológicos continúan permitiendo el aprovechamiento más eficaz de las infraestructuras existentes. La demanda de servicios convergentes comienza a hacerse notar antes que en otros países. Para atenderla Telefónica comienza la reintegración de algunas operaciones antes segregadas (las filiales Terra, Telefónica Data y Telefónica Móviles), consiguiendo importantes sinergias y sentando las bases para futuras ofertas convergentes.
La crisis económica comienza
En 2008, al comienzo de la crisis económica, la situación es la siguiente: La fusión de las operadoras está iniciada pero sin completar, no existen aún ofertas verdaderamente convergentes, la televisión se ve como una oportunidad de futuro pero su desarrollo comercial es incompleto y los contenidos disponibles insuficientes, los costes de la implantación masiva de una red de fibra óptica hasta el hogar son aún muy altos. En lo internacional, la operación de convergencia brasileña está también incompleta y en Alemania la posición para competir es aún débil.
Ante esto, la compañía define y pone en marcha nuevos servicios de fijo+móvil+televisión, a pesar de los altos costes, apuesta por iniciar el despliegue de la fibra óptica, y para conseguir contenidos de tv se adquiere Canal+.
En lo internacional se compra el 50% de Vivo a Portugal Telecom y en Alemania, E-Plus, desinvirtiendo en otros activos menos estratégicos como Chequia o Irlanda, o con dificultad para desarrollar una oferta convergente como en Gran Bretaña.
De hoy al futuro….
En definitiva, a fecha de hoy, se ha conseguido pasar de una organización centrada en el monopolio con un sólo servicio básico, a otra basada en la oferta de servicios convergentes del tipo voz+datos+móvil+televisión, siempre liderando el mercado.
Y todo eso con un aumento de la eficiencia tanto en plantillas (pasando de 80.000 a 27.000 empleados) como en costes de operación.
En resumen, después de este largo camino, hemos aprendido que sólo los líderes se adelantan en la toma de decisiones, y eso les permite evolucionar y controlar el mercado.
Las decisiones no son inmutables y pueden parecer contradictorias según las circunstancias de cada momento. Los proyectos de transformación deben de acometerse en todos los frentes, y en todas las areas de la empresa.
Es preciso anticiparse, tomar decisiones y adelantarse al mercado. Las empresas que no lo hicieron han desaparecido.
Y ahora, por delante un futuro de …. más transformación y nuevos servicios de mayor fusión ++++, y control de redes y servicios directamente por parte del usuario, todo ello ahondando más si cabe, en el aumento de las eficiencias. Si se sigue por esta senda tendremos Telefonica para rato…..y nosotros que lo veamos.
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(*) Jose Homobono ha desarrollado su trayectoria profesional en el grupo Telefónica desempeñado puestos técnicos y directivos en varias empresas del grupo en España y Brasil.
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