Recientemente publicamos una entrada, Sobre el concepto de dominio público en documentos históricos de empresas, en la que informamos sobre las memorias anuales de Standard Eléctrica disponibles en diferentes bibliotecas y archivos.
En concreto hemos localizado todas, desde la primera hasta la última con la denominación original de la empresa, excepto nueve: las de los años 1957, 1958, 1959, 1960, 1961, 1962, 1968, 1969 y 1970. A partir de 1987 la empresa fue absorbida por el grupo Alcatel, pasando a denominarse Alcatel-Standard, de las que hemos localizado las correspondientes memorias hasta el año 1991. Por lo tanto, y dado que nuestras búsquedas han sido exhaustivas por todas las bibliotecas de España, para poder completar la consulta de todas las memorias anuales solo queda la opción del supuesto archivo histórico de Standard, que debería custodiarse en la actual empresa Nokia Spain (la sucesora actual después de varias fusiones y adquisiciones), véase ¿Qué pasa con el «supuesto» archivo de Standard Eléctrica?.
Standard Eléctrica S.A. (SESA) se fundó en España el 21 de enero de 1926 como empresa fabricante de equipos de telefonía, principalmente destinada a suministradora en exclusiva de la Compañía Telefónica Nacional de España (CTNE), creada dos años antes, en 1924. Ambas eran filiales de la multinacional estadounidense International Telegraph & Telephone (ITT), por lo que, en realidad, tanto CTNE como SESA formaban un proyecto en común, como así se comprueba por la composición de los sendos Consejos de Administración, en los que los miembros estadounidenses eran mayoritariamente los mismos, y en cuanto a los españoles eran también parcialmente coincidentes, empezando por Estanislao de Urquijo (Marqués de Urquijo por entonces) como presidente de la CTNE y Vicepresidente de SESA, que desde 1929ejercería de funciones de Presidente. Al respecto recordaros que las memorias Anuales de Telefónica, desde la primera de 1924, aparecen recogidas en su página web, en concreto en Histórico de Informes anuales.
La historia de SESA aparece recogida en el libro de Ángel Calvo Telecomunicaciones y el nuevo mundo digital en España. La aportación de Standard Eléctrica, Ariel-Fundación Telefónica, Madrid 2014 (Publicaciones Digitales de la Fundación Telefónica), pero con lagunas significativas, la principal que está basada en fuentes primarias no accesibles a terceros, y otra importante la escasa, o prácticamente nula, información de tipo técnico sobre las aportaciones tecnológicas de Standard.
También hemos tenido noticia de un trabajo académico sobre la historia de la fábrica de cables de Standard en Maliaño (Cantabria) (Daniel Escagedo, Estudio histórico de la factoría Standard Eléctrica de Maliaño y análisis de sus principales procesos productivos para la fabricación de cables telefónicos de cobre, Proyecto Fin de Carrera, Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales y de Telecomunicación, Universidad de Cantabria, 2010, (acceso a referencia en la Universidad de Cantabria), aunque su acceso está restringido, solo para usuarios de la biblioteca de dicha universidad). Este trabajo se basa en gran medida en fuentes primarias como las del Archivo de B3 Cable Solutions Spain S.L. (Esta empresa fue la sucesora de la antigua división de cables de Alcatel España, que a su vez lo fue de Standard, empresa que posteriormente pasaría a ser la actual Standard Cable Team Spain. A esta nos hemos dirigido hace ya tiempo para consultar su archivo histórico pero nos respondieron que no lo custodiaban). Sobre el archivo de Standard ya informamos anteriormente en la citada entrada ¿Qué pasa con el «supuesto» archivo de Standard Eléctrica?, pero entonces no disponíamos de esta información reciente
A continuación os presentamos un resumen de las Memorias Anuales de Standard Eléctrica en el periodo 1926-1946, aunque podéis consultar uno más amplio en el documento Síntesis de las Memorias Anuales de Standard Eléctrica S.A. (periodo 1926-1946).1
La primera actuación de la empresa fue adquirir la fabrica de Barcelona de “Teléfonos Bell S.A.”, incluyendo una selección del personal técnico original. Pero esta solución era provisional mientras estuvieran operativas las dos fábricas previstas para las que se adquirieron terrenos ese mismo año de 1926, una de cables en Maliaño (Santander) y otra de equipos en la zona de Delicias en Madrid. De hecho esta fábrica de Barcelona se cerró definitivamente en junio de 1928. La de cables se inauguró el 25 de agosto de 1927 y la de aparatos el 24 de febrero de 1928.
En principio, el principal objeto de Standard era la fabricación e instalación de material de telefonía (equipos y cables), para el mercado nacional, pero con el propósito de extender el negocio a otros materiales, como equipos de radio, de telegrafía, electricidad, luminotecnia, e incluso a material científico, todo ellos tanto para el mercado nacional como internacional.
Según los estatutos sociales el objeto era la producción, instalación y comercio (que incluía importación y exportación) de todo tipo de material eléctrico, telefónico, telegráfico, radiotelefónico y radiotelegráfico, o cualquier otro tipo de material que en el futuro estuviera directa o indirectamente relacionado con la transmisión de información, señales o de cualquier tipo (En el documento ya citado de síntesis de las memorias aparece en un anexo la transcripción de esta parte, obtenida del documento Estatutos de Standard Eléctrica S.A., Madrid, 1926, Archivo Histórico de la Nobleza, Fondo Aledo Sign C1043).

En el caso de material de iluminación y científico al principio se limitaba a representación en exclusiva en España de algunos fabricantes. Desde el inicio el objetivo era claro: ser el principal suministrador de material telefónico en España, y en general de material de telecomunicaciones, con la CTNE como principal cliente en exclusividad (lo que en efecto, así fue hasta los años 1970), así como empresas de ferrocarriles y electricidad, organismos oficiales y la Administración en general.
En la fábrica de Madrid se producían teléfonos, centrales manuales, centrales automáticas (inicialmente solo los bastidores y las matrices para el montaje de elementos fabricados en Amberes, y paulatinamente se iban fabricando más elementos), cuadros de fuerza para centrales, así como otros equipos de telefonía (por ejemplo mesas de prueba), de telegrafía y radio. Es importante señalar que en las memorias, por lo menos hasta 1946 que son las que hemos repasado, no aparecía información del volumen de producción, es decir del número de teléfonos, centrales, etc montadas o fabricadas, tampoco de los tipos concretos de equipos o elementos, y el destino, salvo alguna excepción como algunos componentes para la central automática de Sevilla (memoria de 1926) o el cuadro de fuerza para la central de Madrid Gran Vía (memoria de 1928).
En cuanto a la organización interna solo aparece información en la memoria de 1926, indicándose que se dividió en cuatro departamentos: Comercial, Intervención (Contabilidad y Finanzas), Mercaderías (que sería lo que ahora se denomina Logística, ya que incluía el almacenaje y transporte de equipos) e Ingeniería (en el documento de síntesis de las memorias ya citado aparece en un anexo el organigrama completo en 1929, obtenido de un documento del Archivo Histórico de la Nobleza, Fondo Aledo Sign C1043).
Hasta 1931 la marcha de la empresa fue positiva, con la producción de las fábricas de forma ascendente cada año y satisfactorios resultados económicos. Por lo tanto había en general una previsión halagüeña, lo que se reflejaba en las respectivas memorias. Pero desde el último trimestre de ese año la profunda crisis económica en la que se vio afectada España, como consecuencia del impacto del crack del 29, que llegó algo más tarde que en otros países, afectó de forma determinante a Standard. De hecho, en octubre de 1931 se tuvo que cerrar la fábrica de cables por falta de pedidos (reabriéndose en 1932 a un tercio de su capacidad), y la de equipos vio reducida de forma considerable, aunque se logró mantenerla activa reduciendo personal. Esta situación de crisis se prolongó en los años sucesivos, agravándose con las huelgas de 1934, lo que implico que la fabrica de Madrid estuviera paralizada varios meses de ese año. En cambio, desde inicios de 1935 la situación volvió a ser positiva aumentando la producción y mejorando los resultados económicos, con niveles de producción de las fabricas en sus límites para las que fueron construidas.



A raíz de la Guerra Civil no se volvieron a presentar las memorias anuales hasta 1941, publicándose conjuntamente dos, la primera correspondiente a los años 1936 a 1939 de forma unificada, y la segunda de 1940. Las previsiones optimistas de 1935 se confirmaron en el primer semestre de 1936, pero a raíz de la sublevación militar de julio de 1936 que dio origen a la guerra ambas fábricas fueron intervenidas por el gobierno republicano y los Comités de Control Obrero.2 La fábrica de Santander pasó a zona nacional en agosto de 1937. Aunque en las memorias no se indica nada al respecto, sabemos que hubo, al igual que en la CTNE, dos Consejos de Administración paralelos a partir de agosto de 1937, los directivos estadounidenses siguieron en activo en zona republicana y los españoles en zona nacional desde esa fecha. No sabemos el grado de control que pudo tener la ITT sobre ambas fábricas, en realidad esta información debe estar en las respectivas Actas del Consejo de Administración y Comité Ejecutivo de eso años, que de momento no podemos consultar (insistimos en la importancia de determinada información no disponible actualmente a investigadores, una vez más aun a costa de ser reiterativos recomendamos la lectura de las entradas ¿Qué pasa con el «supuesto» archivo de Standard Eléctrica? y Standard Eléctrica durante la guerra civil 1936-1939, según sus actas y memorias, destacando las actas del comité de fábrica en zona republicana que se citan en el libro de Ángel Calvo mencionado, que son trascendentales no ya solo para la historia de las telecomunicaciones en España, si no para la propia Historia Contemporánea de España en el periodo crucial de la Guerra Civil; también que la monografía citada de Ángel Calvo es a todas luces insuficiente sobre el periodo de la guerra civil, llegando incluso a omitir la división de los Consejos de Administración en dos zonas.
Al respecto resulta de lo más interesante la revista Standard cultural: Órgano de los trabajadores de Standard Eléctrica, publicada solo en 1938 (disponible en la Hemeroteca de Madrid, en concreto en la web memoria de Madrid con acceso directo a copia digital de los ejemplares), en la que se puede confirmar la dedicación de la fábrica de forma prioritaria a material de guerra.
En cuanto a los resultados económicos del periodo 1936-1939 aunque solo se ofreció el balance general del periodo, pero no la tabla de cuenta de pérdidas y ganancias, se reconoce expresamente una pérdida aproximada de un millón y medio de ptas, destacando unos activos bloqueados como consecuencia de la guerra de más de 14 millones de ptas, en una información algo ambigua al respecto.
Respecto al año 1940 se anuncia una paulatina recuperación de la producción, aunque con serias dificultades en la fábrica de Madrid, previendo unas perspectivas futuras más prometedoras, en base a un beneficio en ese año de más de 1,4 millones de ptas, lo que resulta sorprendente habida cuenta que en el año siguiente, el de 1941, los beneficios solo alcanzaron las 745.000 ptas.





Los siguientes años en líneas generales fueron de trayectoria ascendente en la marcha del negocio y la producción, aunque señalando los problemas en la importación de materias primas necesarias para las fábricas, producto de la Segunda Guerra Mundial y el aislamiento internacional. De hecho estos problemas implicaron la ampliación de la fábrica para poder fabricar “semiproductos” y herramientas para a su vez aumentar la capacidad de fabricar elementos y equipos finales que anteriormente se importaban. De ta forma, que en la memoria de 1944 se firma que “Se ha conseguido prácticamente la independencia del extranjero para productos manufacturados”, información que no es creíble porque es sabido que seguía habiendo bastante suministro de equipos desde Alemania, otra cosa es que no fuera mediante transacciones comerciales transparentes, probablemente esta información de la memoria fuera un concesión a las autoridades por la impuesta autarquía del primer franquismo que, obviamente, no siempre su podía cumplir.
Desde luego sorprende que en un momento de aislamiento y con la situación internacional de crisis por la Segunda Guerra Mundial, durante los años 1942 a 1944 se ampliara, incluso con la adquisición de terrenos colindantes, la fábrica de Madrid. Sin duda esto no fue posible sin la ayuda de la International Standrad Eléctric, que se reconoció expresamente en la memoria de 1942, lo que indica que la ITT jugaba a dos bandas en la guerra mundial ya que la ayuda oficial solo podía venir de Alemania o de la fábrica de Amberes cuando Bélgica estaba bajo ocupación alemana, aunque hay dudas si también pudo ser, de forma extraoficial, desde EEUU, con el objeto de que precisamente España no entrara en la guerra de la mano de Hitler. (véase P. Soler Ferrán, La Compañía Telefónica Nacional de España en tiempos de guerra (1936-1945), Trabajo Fin de Máster, UCM, 2021, accesible en la entrada Telefónica en la Guerra Civil).
Otro problema adicional, que se refleja en las memorias, fue el de los fondos bloqueados de la empresa como consecuencia de emplazamiento de las fábricas en zona republicana durante la Guerra Civil. Esta información aparece en los balances hasta la memoria de 1942, pero ya no en la de 1943, lo que no es consistente con la de documentos del Archivo del Banco de España (una carta de 1953 en la que se habla de negociaciones para desbloquear fondos e ITT/Standard Eléctrica) y con la Tesis de Adoración Alvaro, Inversión directa extranjera y formación de capacidades organizativas locales: un análisis del impacto de Estados Unidos en la empresa española (1918-1975), UCM, 2010 (por la cual en 1949 seguía habiendo fondos bloqueados de ITT/Standard en base a fuentes de los NARA estadounidenses). Por otra parte resultaría interesante comprobar información similar en las memorias anuales de CTNE, por ejemplo en la de 1943 no aparece información de activos bloqueados, pero se indica que sigue pendiente el reparto de dividendos y además, que aun no han sido presentadas las reclamaciones por daños y perjuicios durante la Guerra.
Por último, en la memoria de 1945 se informa sobre la entrada de la CTNE en el capital social de la empresa, producto, aunque no se indica, de la nacionalización de la CTNE y del nuevo contrato entre el Estado y la operadora, que permitió el que Standard siguiera siendo su suministrador en exclusiva. De esta forma, a pesar de que en 1946 se siguen reconociendo dificultades, entre otros aspectos, por los problemas de suministro regular de fluido eléctrico, lo que implicó la instalación de grupos electrógenos, y otros generales que no se detallan (pero obviamente estaban relacionadas con el casi total aislamiento de España en la escena internacional al finalizar la Guerra Mundial por su apoyo al Eje), las previsiones futuras eran optimistas.
Esperamos próximamente ofreceros una síntesis de las siguientes memorias de Standard Eléctrica, aunque de momento nos faltan por localizar algunas, nueve en concreto, como ya hemos indicado al comienzo de esta entrada.
Notas:
- Según hemos señalado en la entrada “Sobre el dominio publico …”, no ofrecemos aquí la copia digital de las memorias, que hemos obtenido de diferentes bibliotecas y archivos, pero sí un documento elaborado por nosotros que supone un amplio resumen de las mismas por años. ↩︎
- En realidad no fue una expropiación o incautación como tal, sino una intervención con acuerdo final, después de una serie de negociaciones, entre el Gobierno y la dirección estadounidense de la ITT/Standard, aspecto que no se refleja en las memorias de forma clara. ↩︎






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