Memoria y patrimonio de las telecomunicaciones en España. ¿Quién le pone el cascabel al gato?

Desde el primer momento, en este blog, hemos denunciado la situación de riesgo en la que se encuentra el patrimonio histórico de las telecomunicaciones en España. Junto con todos nuestros colaboradores hemos dedicado gran parte de las entradas publicadas a destacar y difundir pedazos de nuestra historia, muchos de ellos inéditos para contribuir de alguna manera a asegurar su memoria; y por otra parte, otras tantas entradas se han dedicado a la denuncia del serio riesgo de pérdida en la que se encuentra el patrimonio material asociado a dicha historia, intentando inventariar los elementos de todo tipo que componen el mismo y destacando las escasas iniciativas que, casi milagrosamente podemos aún encontrar en nuestro país.

Entre todas ellas, siempre hemos destacado el muy singular caso de MUDITEL, el Museo Didáctico de las Telecomunicaciones de La Coruña, al que hemos dedicado varias entradas y apartados, y que recientemente ha tenido repercusión en prensa por el artículo publicado en El País el pasado 1 de septiembre de 2024 con el título «Los jubilados que montaron el insólito museo de las telecomunicaciones piden auxilio para salvarlo» y el siguiente subtítulo:

«Los prejubilados de Telefónica en los años 90 en A Coruña rescataron del desguace y devolvieron a la vida máquinas con las que cuentan al público la historia desde los primeros cables hasta el 5G. Ahora tienen más de 80 años y buscan desesperadamente relevo.»

No insistiremos más aquí en este caso concreto del que está todo dicho y sólo hay que poner en práctica las soluciones. Sobre éstas, las posibles soluciones, queremos insistir una vez más.

Soluciones que pensamos deben ser aplicables a todos los casos. El del museo de La Coruña, siendo grave, está al menos por el momento, defendido y denunciado por sus propios impulsores protagonistas, pero lamentablemente, ése no es el caso del resto, mucho menos conocido. Nos referimos a los pequeños museos y colecciones en manos particulares y pequeñas empresas.

Pero también al patrimonio mueble e inmueble que componen otras grandes colecciones de las que son titulares, empresas señeras, como Telefónica (Telefónica S.A.), Correos (Sociedad Estatal de Correos y Telégrafos, S.A, S.M.E.) y RTVE (Corporación de Radio y Televisión Española, S.A, S. M. E.), y que las deberían gestionar y conservar adecuadamente, como seguro les exige su compromiso social corporativo.

Y es que, en lo que va de este siglo XXI, sólo hemos ido hacia atrás. Unos ejemplos:

• Así, en 2007, perdimos el estupendo e irrepetible museo de la Colección Histórico-Tecnológica de Telefónica que estuvo desde 1992 en la sede corporativa de la empresa en la Gran Vía madrileña. Y pensábamos (ingenuamente) que la celebración del centenario de la empresa en este 2024 motivaría alguna actuación a favor de la puesta en valor de su patrimonio histórico. Aún hay tiempo…
• En 2020 se anunció el traslado del Museo Postal y Telegráfico propiedad de Correos, sito en Aravaca (Madrid) a Toledo. Cuatro años después aún no se ha abierto en su nuevo destino. Se trata del único y más veterano museo de historia de las telecomunicaciones españolas, inicialmente creado en 1980 en el Palacio de Comunicaciones de la Plaza de Cibeles (ahora sede del Ayuntamiento madrileño). En su última ubicación coincidían en idónea armonía el Archivo y la Biblioteca histórica de Correo y Telégrafos.
• En 2019 tuvimos ocasión de visitar el Centro Emisor de Onda Corta de Radio Nacional de España en Arganda del Rey propiedad de RTVE y comprobar el estado de deterioro en el que se encuentra. Desde entonces venimos denunciando y anunciando la oportunidad de restaurar y dicho centro y su entorno como lo que sería la mejor ubicación de un espacio museístico, integrado con otros elementos que coinciden en dicho municipio madrileño, como la torre de telegrafía óptica que allí se restauró hace años, entre otros. Hasta la fecha, a pesar del impulso favorable mantenido en las redes sociales, aparte de algún encuentro formal con el ente público y el Ayuntamiento, no ha habido más avances. Y el deterioro sigue…

¿Soluciones?

Lo hemos planteados en diferentes foros y ocasiones.

No se trata, sólo, de crear un nuevo ‘Museo Nacional de Historia de las Telecomunicaciones en España’ que es una asignatura pendiente que no puede retrasarse más (todos los países de nuestro entorno lo tienen), no necesariamente con una única sede, y con un formato específico e innovador; previamente lo que se requiere es la creación de una entidad nacional que, reuniendo a todos los actores del sector (administración, instituciones y empresas) lo promueva y mantenga.

Y no sólo eso, sino que fomente los estudios e investigaciones relacionados con la historia y la memoria asociada. Un modelo de Fundación respaldada por todos los actores implicados podría servir.

Hay otros ejemplos funcionando en otros sectores como los ferrocarriles,  la arquitectura, la ingeniería civil o la minería en la que las administraciones y las empresas han sabido encontrar el cauce para la colaboración.

Sin duda es una tarea compleja y a la vez un proyecto retador. Ya es tarde.

¿Quién le pone el cascabel al gato?

Se lo debemos a los que nos precedieron.