Por José Fidel López (Cuentos de Cine).
En esta ocasión, los primeros pasos del teléfono en Albacete, nos los cuenta con cantidad de detalles, el periodista albaceteño José Fidel López Zornoza (Albacete, 1967), que en su blog Cuentos de Cine ha publicado el completo trabajo que aquí reseñamos y que se añade a nuestra serie de la historia local de la telefonía en España.
Con el título «¡Dígame! Del masón que nos trajo el teléfono a los 100 años de Telefónica en Albacete», José Fidel nos introduce la invención del teléfono para pasar enseguida a relatar sus primeros pasos en España centrarse a continuación en los emprendedores que lo llevaron a Albacete.
Y es que un electricista y telegrafista, Enrique Ibáñez Villegas, conocido como ‘Morse’ en la logia ‘Humanidad’ de la capital, fue el que instaló las primeras líneas telefónica privadas para la Diputación Provincial de Albacete entre el Palacio y el Gobierno Civil en 1889. De ahí el título de la entrada que podéis leer completa en este enlace.
Hubo que esperar hasta septiembre de 1905, cuando, con 48 abonados, se inauguró la primera red urbana pública en la ciudad de la mano de Enrique Burgos Baldoba, impresor y librero de Guadalajara, que consiguió la concesión del servicio.
Unos años después, a mitad de 1917, en la Diputación Provincial, se dieron cita «todas las fuerzas vivas de la ciudad» -según se publicó en la prensa-, acordando la necesidad de la instalación de una red telefónica de carácter provincial.
Del anuario «Guía de Albacete y su provincia» del año 1922, disponible completo (con sus 152 páginas) en la web del Patrimonio Digital de Castilla- La Mancha en este enlace, extraemos el apartado en el que se muestran los datos de la Compañía de Teléfonos y sus tarifas.
Tras años de gestión a cargo de la Compañía de Teléfonos S.A. en la capital y la Red Telefónica de Albacete para las comunicaciones interurbanas, finalmente en 1924 llegó la CTNE y, en seguida, la incautación de las redes en favor del monopolio, comenzando una nueva etapa, no escasa de problemas, sobre todo en los años siguientes, consecuencia principalmente de la fuerte subida de tarifas, de todo ello se dan más detalles en el completo artículo arriba enlazado.







La guerra civil retrasó la automatización de la capital que hubo de esperar a 1939 para la puesta en marcha de la Rotary 7BR de la central de Albacete/Mayor. A partir de ahí, como nos sigue contando Luis Fidel, la ampliación del servicio telefónico siguió una senda uniforme similar al resto del país con la llegada de las centrales de barras cruzadas.
A modo de ejemplo, en 1975, Albacete y su provincia contaba con las siguientes centrales automáticas: la ya citada Rotary 7BR de Albacete/Mayor, las Pentaconta 1000 de Albacete/Parque (la urbana y la CAI), Almansa, Hellín, La Roda y Villarrobledo, y las PC32 de El Provencio y Tobarra.
Posteriormente, a finales de los 80 llegaron la semielectrónica P2000, en la nueva central de Albacete/Los Llanos y las electrónicas de Sistema 12 en Albacete/Parque. Así como la automatización del resto de poblaciones de la provincia con el sistema rural PC32 y luego las unidades remotas digitales, las URAs, del Sistema 12. Centrales todas ellas que ahora, en apenas tres décadas, con el cierre y abandono del cobre y de la telefonía convencional, han pasado a la historia, siendo «engullidas» por la nueva telefonía sobre internet y la fibra óptica. Pero esto es otro capítulo de la historia de las telecomunicaciones.




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